Te Perdono

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11/01/23

¡Miércoles! Y con ello, Síndrome de Estocolmo~ b29;

Si conocen la historia de hace tiempo, y tienen una excelente memoria, este era el título original del capítulo pasado. Al decidir dividirlo, a la primera mitad le otorgué un nombre nuevo, pero mantuve el original para esta segunda mitad <3

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Así paso el tiempo entre los dos, Minho notó que Taemin limpiaba la casa a la semana del que menor empezó a con esa conducta; Taemin también notó un pequeño cambio en Minho, no le hostigaba tanto, sus comentarios, sus miradas, como si quisiera darle un poco de privacidad, aunque era obvio que a veces simplemente no podía evitar tocarlo. Sus manos le rozaban la espalda, frotaban sus brazos, subiendo y bajando, provocando escalofríos en Taemin.

Pero al menos no era un ataque directo. Y Taemin tomaba eso en cuenta.

Taemin sonreía más seguido, había encontrado un gran consuelo en los libros que leía, eran una agradable distracción. Podía escapar de ese modo, y que Minho lo permitiera, le parecía agradablemente extraño. Aún así, había algo que extrañaba más que nada. Extrañaba bailar, como lo hacía mucho tiempo atrás, cuando solía vivir para sí mismo y no a expensas del estado de ánimo de su captor. No le gustaba saberse visto, no le gustaba saber que cada bailaba, contribuirá a la sonrisa que Minho le daba. Así que había dejado de hacerlo.

-¡Taemin! Ven...- Minho llamó a su querida obsesión, quería verle sonreír, quería ser el motivo de una de sus sonrisas.

-¿Me llamaste?- Pero el tiempo había causado sus estragos, el miedo solo puede ser miedo por poco tiempo. Entonces se vuelve rutina, y Taemin ya no se encontraba sintiéndose aterrado cuando debía responderle. Después de todo, si Minho estaba en un día bueno, no era muy diferente, que tratar con un viejo conocido. Ya era directo con Minho al momento de hablarle, tanto que podía mirarle sin sentir arrepentimiento alguno.

-Ven.- Lo tomó por la cintura, insistiendo en tocarlo. Taemin está vez no tembló , haciendo que Minho lo tomara como un buen indicador. Procedió a bailar, el chico entre sus brazos, todavía sin entender que debía seguir los pasos.

-¿Qué hace?- Taemin preguntó anonadado, tal vez no quisiera hacerlo, pero en cuanto al baile su cuerpo pensaba en automático. Rápidamente encontró el ritmo, siguiendo a Minho. –Ni-ni siquiera hay música.

-No te preocupes por eso.- Le aseguró segundos antes de hacer que música empezara a sonar en la sala. Minho había planeado esto, claro que estaba al menos dos pasos por delante de cualquier pero que Taemin podría darle.

-Vaya...-Taemin susurró mientras sonreía, habían empezado a dar vueltas por toda la sala principal, como una bella pieza de un gran baile. Y en ese momento, Taemin no necesito uno de sus libros, su imaginación lo llevó lejos de ahí, a otra época, otros lugares, conociendo gente antigua, que bailaba como forma de comunicación. Taemin se sentía feliz, estaba bailando como solía hacerlo, un pedacito de su ser volvió a brillar en ese momento.

Minho sintió emoción al ver tan feliz a su pequeño. Sonreía, alegremente, mientras se dejaba llevar por el compás de la música. Era tan bello, tan perfecto, tanto, que no pudo evitar sentirse tentado por ese par de labios carmín que parecían burlarse de él. Minho termino de juntarse al hombre más bajo, respirando el mismo aire, tomando su boca de manera sorpresiva. Quizás una advertencia habría hecho que Taemin no empezara a luchar como si se tratase de su inminente muerte.

Por supuesto que Taemin se asustó al sentir ese tipo de afecto, no se lo esperaba y no lo quería. De inmediato trató de separarse, poner algo de distancia entre los dos, estaba peleando, pero no podía escapar, Minho era más fuerte. Siempre lo era.

Síndrome de Estocolmo~ ♡ b29;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora