Síndrome de Estocolmo~ ♡ b29;

Libertad a Cambio de Amor

Editado: 27/01/23

Segunda parte del capítulo pasado. Incluye diálogos y párrafos nuevos, así que técnicamente cuenta como capítulo nuevo 🤭

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-Tae, ya lleg...-Minho fue sorprendido con un beso. -Wow, vaya. ¿A qué se debe esto? No esperaba un recibimiento tan hermoso.- Exhaló, sonriendo al chico que ahora se colgaba de su cuello. Le acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja, absorbiendo la vista que tenía.

-Quería ver si se podía convertirte y que dejaras de ser una ranita, pero no fue así.- Taemin se soltó, regresando un par de pasos para tomar su libro de historias. -¿Qué hice mal? De seguro fue que no hay luna por ahora, ni has sido proclamado para un concurso de destreza por un rey.- Hizo un puchero, mientras repasaba el cuento infantil que había leído.

-Déjame ver.- Minho tomó el libro y pasó algunas hojas, pero Taemin se lo arrebató antes de acabar de ver la historia. –Oye, ¿a dónde vas? Creí que ibas a descifrar qué te faltó.- Se rio, siguiendo al chico que ya se estaba enfilando a desaparecer en el pasillo. 

-A dormir, estoy cansado, los planes fallidos cansan a la gente.-Taemin se quejó, alcanzando a dar tres pasos antes de que Minho le tomara por la cadera, evitando su salida.

-Dime algo, ¿en qué me convertiría?- Besó la mejilla del menor, deleitado con la risa que escuchó reverberar desde la garganta de Taemin.

-En un príncipe. Es algo obvio, Choi Minho.- Taemin se burló y acarició los brazos que le mantenía preso. –Ahora, con su permio majestad, me retiro. 

-Tae...-Minho soltó a Taemin, aunque no quisiese. Momentos así eran agradables, le mostraban que su esfuerzo al fin estaba rindiendo frutos. 

Taemin se fue a dormir temprano esa noche, aunque no estaba relativamente cansado. Logró quedarse dormido después de dar miles de vueltas en la cama. Estaba, extrañamente, demasiado despierto como para dormir, así que quedarse dormido había sido todo un éxito.

Hasta que sintió una caliente sensación sobre su cuello. Era repetitivo, despertándole del muy superficial dormir que estaba teniendo.

-Minho...¿Qué haces?- Abrió los ojos, encontrándose con el contrario haciéndole compañía en cama. Sus besos le cubrían el rostro y cuello. No podía decir que estaba sorprendido de Minho haciendo eso, pero en realidad tenía algo de tiempo sin hacerlo. No era rudo, sin embargo, ya estaba más que acostumbrado a que Minho tenía muchas maneras de actuar extrañas. 

-Tae...- Minho besó al menor, abriéndose paso en aquella boca rosada. – Ya hay luna, y está llena.- Susurró al terminar el beso. Y efectivamente, había una hermosa y gigante luna llena que emitía una luz que traspasaba el ventanal. –Quiero ser tu príncipe, ¿intentarías romper el hechizo ahora?.- Un beso más, y ya había conseguido reaccionar al menor, devolviendo los besos, interesado en seguir con el cuento.

-Pero...Su majestad, ¿amaría a un simple subordinado, como yo?- Taemin jugueteó, abrazándose al mayor entre besos.

-Eres más que un subordinado.- Minho juntó su frente con la de Taemin, sosteniéndole de  la cadera para poder darse la vuelta y permitir que Taemin quedara recostado encima de él.

-¿Lo soy?- Preguntó, un ligero tono travieso colgando de sus palabras. -Creí que estaba a tu servicio.- Empezó a mover sus caderas lentamente, resollando al momento de sentir el escalofrío de la excitación recorrerle.

-Sólo te permito creerlo.- Minho confesó, atrapando la boca del chico en un beso que terminó en una mordida, provocándole. -En realidad yo soy el que adora estar a tu servicio, hermosura. Sólo vivo para hacerte feliz, es mi único propósito.