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"Usted dirá que debí sobreponerme a las circunstancias. Y tiene razón; sí, la tiene. Pero no lo conseguí. Cuando el destino me traicionó no tuve la sabiduría suficiente como para mantenerme firme; la esperanza se esfumó y la degeneración ocupó su lugar."-Charlotte Brontë, Jane Eyre.


Taehyung corrió por el estacionamiento mirando a través de las ventanas de los autos que indicaban movimiento interior. Los minutos pasaban y no aparecían, la angustia y culpabilidad que oprimían su pecho le dificultaban el raciocinio y ya empezaba a sentir que perdía la cabeza.

Se adentró un poco más y luego de correr sin rumbo por los pasillos escuchó unos jadeos y un golpe fuerte. Su alerta se activó y como un sabueso en caza plantó la carrera siguiendo el eco del sonido, hasta que los encontró. Pudo reconocer las zapatillas coloridas de Hoseok y su corazón se detuvo cuando notó que no se movían.  Aún no sabía bien qué haría, pero sí sabía que al final del día, ese sujeto desearía no haber puesto un pie dentro del antro. 

Cuando los vio quiso matarlo ¿qué era ese sentimiento de ira que le presionaba el pecho? Sentía sus puños arder y no pensó ni dos segundos cuando agarró al sujeto por las ropas y lo lanzó fuera del carro con violencia. No le dio tiempo siquiera de subirse los pantalones cuando plantó una patada de lleno en su estómago y lo golpeó dos veces en el rostro con los puños, quebrándole la nariz y dejándolo completamente inconsciente sangrando sobre el pavimento del estacionamiento.

Sintió un chillido detrás de él y al voltearse vio a Hoseok acercándose como un cachorro perdido.

—Dime que estás bien por favor, dime que llegué a tiempo — tomó al chico entre sus manos y comenzó a revisar si tenía heridas o signos de forcejeo —háblame, Hoseok — rogó.

—¿Taehyung? — sollozó mientras se abalanzaba sobre él con urgencia.

Tae lo recibió gustoso y por más extraño que pareciera no se sintió incómodo ante el contacto, sino aliviado y tranquilo. Se quedaron así por unos minutos hasta que Tae no aguantó la incertidumbre y rompió el contacto.

—Háblame — le pidió mientras lo tomaba de los hombros para apartarlo suavemente — dime cómo estás ¿qué te hizo? ¿quieres que llame a la policía?

Hoseok lo miró fijamente a los ojos sin decir una palabra, comenzó a llorar silenciosamente mientras se mordía el labio inferior con fuerza. Tae lo tomó de la barbilla y le pasó el pulgar por el labio herido.

—No te muerdas, se te va a inflamar mucho más — le dijo acariciando el corte suavemente — ¿debería llamar a la policía? ¿te llevo a urgencias?

—Estoy bien — le dijo tímidamente mirando sus zapatos e intentando aguantarse el llanto — pero, abrázame por favor.

Taehyung no dudó ni dos segundos y lo atrajo nuevamente a su pecho. Se sentía furioso, pero de alguna forma ese abrazo lo tranquilizaba a pesar de la situación agónica en la que se encontraban. Miles de pensamientos intrusivos le carcomían la cabeza mientras sentía sollozar a Hoseok en su pecho ¿qué hubiese pasado si él no hubiera estado en el local esa noche? ¿qué hubiese pasado si Jungkook rechazaba su invitación y él finalmente hubiese desistido de salir? ¿Qué pasaba si no los hubiera encontrado a tiempo? De solo pensar en esos escenarios su cuerpo dolía y le ardía la piel, pero ¿por qué? ¿Por qué le afectaba todo tanto si ni siquiera el chico era su amigo? ¿Por qué quería abrazarlo más fuerte y decirle que nunca jamás nadie más le pondría un pelo encima? ¿Por qué?

—¡Hobi! — gritó una voz detrás de ellos — ¡Hobi! ¿estás bien? — quiso saber el pálido amigo tirando fuertemente del cuerpo fragil de Hoseok.  

Solo un juego más - VHOPE {terminado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora