Kim Taehyung es un deportista heterosexual quien tiene por objetivo demostrarle al mundo por qué es el mejor en lo que hace.
Jung Hoseok es un gamer a quien no le gusta mucho llamar la atención.
Ambos viven sus vidas de acuerdo a sus estrategias, cu...
"Pero, a fin de cuentas, ¿quién puede decir lo que es mejor? No te reprimas por nadie y, cuando la felicidad llame a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz". - Haruki Murakami
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Mientras conducía cuidadosamente camino a su sesión semanal, pensaba en que la noche anterior había sido una de las mejores de su vida, además de ser la primera vez que dormían juntos desde que habían decidido darle una oportunidad a sus sentimientos. Tae siempre descansaba como un bebé en los brazos del mayor y había terminado de confirmar que sólo podía hacerlo bien cuando tenía el aroma del chico cerca. Anteriormente habían dormido siesta juntos muchas veces en casa de Hoseok, pero jamás pasaron una noche completa acurrucados como una pareja real. Taehyung había despertado poco antes que Hobi y aprovechó de hacerle cariño mientras lo observaba dormir plácidamente. Los minutos pasaban y en su cabeza creció poco a poco la idea de pedirle que fuera su novio. Quiso reírse a carcajadas, porque ¿era en serio? ¿pedirle a un chico que fuera su pareja? Jaja, ahora sí que sus padres lo dejarían en la calle. Pensó en que jamás había despertado junto a un chico en su cama... con Hoseok estaba viviendo tantas primeras veces, que sus sentimientos parecían montados en una montaña rusa. Y, aunque se sintió asustado, de alguna forma tener a esa persona ahí entre sus brazos fue suficiente razón para querer destruir el mundo con tal de mantenerse junto a él.
Había algo que Hoseok ni sus padres sabían y era que las sesiones con el psicólogo estaban siendo fructíferas y no estaban yendo como su madre quería: porque gracias a su doctor ahora se conocía, aceptaba y quería un poquitito más cada día.
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Taehyung manejaba rápidamente por la pista izquierda de la autopista, Hoseok había recibido la llamada hace tan solo 1 hora y ya iban con bolsos a casa de los padres de Hoseok. Seokjin le comunicó de madrugada que su madre había sido internada de urgencia por un desvanecimiento repentino.
Hoseok iba en el asiento del copiloto con las piernas flectadas contra su pecho, de esa forma podía abrazarse e intentar calmar su mente y corazón. Su madre jamás se enfermaba, por lo que se angustió al pensar en el posible diagnóstico y en el estado deplorable en que debía estar su padre.
Tae dejó pequeños toques en su rodilla intentando infundirle tranquilidad, a lo que Hoseok respondió refregando su mejilla al dorso de su mano.
—Gracias — le dijo besando la piel de su mano.
—Seoki... no tienes nada que agradecer —suspiró al sentir sus labios fríos — ya saldremos de la carretera, deberíamos llegar en diez minutos al hospital. ¿Quieres que llame a Jin y le pregunte dónde están?
Marcó el teléfono desde el volante y colgó en cuanto recibieron instrucciones.
—Todavía no me acostumbro a Jin y mi hermana.
—Dijiste que fueron compañeros de universidad ¿no?
—Sí, pero nunca me di cuenta que tuviera algo con ella, es repugnante — dijo poniendo cara de asco.
