Serendipia (Grucy)

Capítulo 3

—Te estaba buscando— dijo Gru a su esposa al salir al patio y verla jugando con Kyle, ese pequeño perro gruñón que habían rescatado de un laboratorio clandestino, el pobre estaba bastante enfermo y Lucy no dudo en ayudarlo y llevarlo a casa, Gru no pudo decirle que no, así es como se convirtió en su primera mascota

Luego a la orilla de una carretera poco transitada, encontraron una pequeña cabra bebé asustadisa, pero muy tierna, a la que llamaron Suertudo y se convirtió en su segunda mascota

Gru disfrutaba de verla reír y jugar con sus mascotas, Lucy era hermosa y él era muy afortunado por ser su esposo

—Hace mucho tiempo no salimos a un día de campo, estoy segura de que Kyle y Suertudo amarian correr libremente— sugirió ella logrando sacarlo de sus pensamientos

—Me parece una excelente idea— afirmó tomándola de la cintura y dándole un tierno beso en los labios— Ya hice las compras y no te preocupes, ya guardé todas las cosas en su lugar— añadió sonriendo— Así que ahora busquemos la cesta de picnic y vamos a tomar aire fresco y relajarnos— manifestó él sumamente entusiasmado

—¿De que hablas?, solo sugerí una idea, no pensé que iríamos ya mismo— admitió llena de asombro

—Tú idea fue fantástica, siento que hemos pasado mucho tiempo dedicados por completo al trabajo y merecemos un descanso, salir de la rutina y arriesgarnos a hacer algo tan espontáneo como esto, vamos Agente Wilde, ¡Anímese!— canturreo mientras le sacaba la lengua y corría dentro de la casa

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Regresaron a casa cuando el sol ya se había puesto, disfrutaron de una tarde espléndida, comiendo sándwiches de mantequilla de maní y jalea, sus mascotas corrían contentas y ellos pudieron relajarse, disfrutando de la plenitud que la naturaleza brindaba, hacia mucho tiempo que no salían y la verdad fue magnífico conversar de muchas cosas y reír, se sentían como cuando eran novios y salían a citas, prometieron salir más seguido y disfrutar de tiempo de calidad juntos

[...]

—Hola— saludo llena de asombro Lucy al abrir la puerta de su casa y encontrarse con la agente Maria Hill en la entrada

—Lamentó venir sin ser invitada, pero estuve tratando de localizarlos toda la tarde y ninguno atendía el teléfono, por eso me tomé el atrevimiento de presentarme en su casa— explicó

—Por favor, pase— habló ella mientras se hacia a un lado y la mujer de pelo oscuro ingresaba a la casa

—Agente Hill, que gusto recibirla en nuestro hogar, lamentó el desorden— expreso Gru

Al parecer la pareja estaba viendo una película ya que habían golosinas regadas y una manta sobre el sofá, pensó la agente Hill

—Yo me disculpó por venir de repente, pero enserio necesitó hablar con ambos— expresó con seriedad

Los tres adultos tomaron asiento, la pareja estaba sentado uno al lado y la invitada frente a ellos, un silencio incómodo invadió aquel lugar

—Agente Hill, si la envió Valerie para darnos una reprimenda o despedirnos, lo entendemos, sabemos que simplemente le enviamos un correo electrónico notificandole que no asistiriamos a la oficina por la tarde, luego dejamos todos nuestros teléfonos y computadoras en casa y simplemente nos fuimos, hemos dedicado gran parte de nuestras vidas a la LAV, pero sabemos que si debemos empezar de nuevo en otro lado u olvidarnos de todo esto de ser agentes y vivir como personas normales y dedicarnos a alguna otra cosa lo aceptamos, porfavor no haga más difícil esto— declaró Gru logrando romper el silencio

—Sr. Gru, no es por eso que estoy aquí— pronunció ella con tranquilidad

—Sí es para darnos alguna mala noticia respecto a las chicas, por favor, ahorrese sus palabras, fue un día magnífico, no quiero que se vea opacado por algo triste— pidió Lucy

—Estoy aquí para hablar de las niñas, saben que yo soy la encargada de velar por el bienestar de ellas, considere todas las opciones y luego de meditarlo, estoy segura de que no hay mejores personas para cuidarlas que ustedes— afirmó

Gru y Lucy no podían creer lo que escuchaban, todo parecía un sueño

—¿Habla enserio?— cuestionó Gru anonadado

—Claro que sí, ambos están calificados para cuidar de estas niñas, se han preocupado por ellas y se que en su corazón ya las aman, aún sin tener la certeza de podrían o no ser considerados para criarlas, es por eso que estoy segura de que harán un gran trabajo— admitió sonriendo

Lucy tenía sus ojos llenos de lágrimas y apretó la mano de su esposo, él se encontraba en shock

—Gru, Lucy, me gustaría saber si, ¿Aún quieren adoptar a las pequeñas?— preguntó Maria

—Es lo que más deseamos— aseguró Lucy

—¡Por supuesto que sí!— casi gritó Gru

—Mañana deben llegar a la LAV y haremos los respectivos trámites, aún no les informó nada de esto a las chicas, consideré que mejor ustedes podrían darles la buena noticia— informó

La pareja seguía sorprendida, pero estaban extasiados de felicidad, al fin cumplirían su sueño de ser padres, pero sobre todas las cosas, les darían un hogar a esas niñas maravillosas

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Aby