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Eran las seis de la mañana y el despertador de mi móvil retumbaba encima de la mesita de noche, seguidamente me estiré en la cama y me di la vuelta para alargar mi mano hasta la mesita de noche y apagar la alarma.
Me levanté con mucho cansancio de aquella cama y agarré el edredón para extenderlo por todo el colchón. Caminé hacia a mi armario, el cual estaba enfrente de mi cama al lado de mi tocador y agarré algo de ropa para ir directa al baño, que también está en la misma habitación.
Me duché y me preparé para afrontar mi primer día de universidad aquí en Barcelona. Hace una semana aproximadamente, me mudé a un pequeño piso desde Valencia hasta aquí para estudiar la carrera de Periodismo centrándome más en el periodismo deportivo y luego poder hacer prácticas.
Salí de mi habitación y fui directa a prepararme un café para llevármelo de camino a la universidad, ya tenia mi mochila lista desde por la noche al igual que mi outfit, seguidamente fui a por el móvil que estaba en mi habitación para luego salir del piso y hacer camino a la universidad.
Presioné el botón del cero en el ascensor y las puertas de este se fueron cerrando, la espera en el ascensor fue corta, cuando llegué a la planta deseada, saludé al conserje de aquel edificio con una pequeña sonrisa, a lo que él hizo lo mismo. Empecé a emprender mi camino hacia la universidad y sin darme cuenta me choqué con una persona y todo mi café cayó en su camiseta.
— ¡Me acabas de manchar toda la camiseta! — Sin darme cuenta manché toda la camiseta Nike básica blanca de aquel chico moreno que chocó contra mi.
— ¡Ostias perdón! — Dije bastante preocupada al ver la camiseta del chico.
— Que despistada dios mío. — Dijo el chico mirando hacia otro lado con cara molesta.
— Bueno lo siento voy con prisa y no me he dado cuenta, que quieres que te diga ¿perdón? — Dije sin ganas tirando lo que me quedaba de café a una basura cercana con el vaso también.
— Pues podrías lavarme la camiseta. — Dijo el moreno mirándome.
— Si, já, lo tienes tú claro, como si yo tuviese todo el tiempo del mundo. — Solté molesta. — Mira, no tengo mucho tiempo así que, lo siento, adiós. — Dije moviendo mi mano para luego seguir mi camino hacia la universidad cuando de repente noté como una mano me agarraba de la muñeca.
— Tú no te vas de aquí así por la cara, nena. — Dijo el chico echándome para atrás para volver a mirarle a lo que yo solo crucé mis brazos.
— Te lavaría la camiseta pero irías desnudo por la calle. — Dije mirándole de arriba a abajo.
— Tranquila, en esta mochila tengo más. — Abrió la bolsa de entreno de Nike grande que llevaba colgada de un solo hombro y sacó una camiseta, se quitó la que llevaba para extender la mano con la otra camiseta sucia y dármela.