04. Fútbol

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POV; Noa

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POV; Noa

Mis padres hace nada me prestaron algo de dinero y yo lo gasté en montarme un pequeño gimnasio en mi piso. Compré todo y me llegó bastante rápido, hacia unos días que había empezado a montarlo todo y aún no lo había probado.

Decidí ir a cambiarme con un conjunto para el gimnasio que es azul marino bastante oscuro, me fui a la habitación donde tenía todas las máquinas y empecé a hacer ejercicio, ese cuarto tenía un gran ventanal como mi habitación y desde allí se podía ver la gran ciudad de Barcelona y sus preciosas vistas al atardecer.

De repente un ruido me sacó de mis pensamientos, habían llamado al timbre y con la aplicación que disponía en mi teléfono que servía para abrir la puerta principal del edificio abrí sin ver quién era pero igual me lo imaginaba.

Dejé la puerta entornada y seguí el entrenamiento acompañado con algo de música que solo retumbaba en la pequeña habitación.

POV; Gavi

Cuando llegué entre a su casa cerré la puerta detrás de mi y dije un simple "Hola rubia" pero nadie me contestó, cuando llegué solo escuché música y seguí la música hasta llegar a un cuarto que suponía que era un gimnasio y la vi ahí entrenando cogiendo una gran pesa mirando fijamente su reflejo en el gran espejo que tenía delante, yo me quedé fijamente mirándola bajando mi mirada lentamente hasta su glúteo sin ella darse cuenta.

Siendo sincero estaba bastante buena.

Carraspeé mi garganta para que se diese cuenta que estaba allí y de repente se asustó un poco pero dejó la pesa en su lugar y se dió la vuelta para mirarme.

— Hola rubia. — Dije mirándola sonriéndole un poco de lado.

— Hola pesado. — Me dijo ella con cara de cansancio sin mirarme mientras se acercaba a su móvil que estaba encima del altavoz para parar la música, pero casi se le cae y tuve que ir corriendo a agarrarlo y en un leve movimiento estabámos uno frente al otro y obviamente pude notar su respiración agitada y ella podía notar también la mía.

Verla desde tan cerca era aún mejor, tenía unas pequeñas pecas por toda su cara, más por los pómulos. Sus ojos azules que se iluminaban más, ya que el sol entraba por el gran ventanal de la habitación y ese pelo rubio que tanto me encantaba.

— Casi te quedas sin móvil. — Dije en una leve carcajada mientras la miraba fijamente.

— Bueno, gracias a ti no se me ha roto. — Dijo mirándome con tono algo molesto.

— ¿Dónde está mi sudadera? — Pregunté con curiosidad mirando hacia los lados saliendo de ese cuarto a lo que entendí que Noa estaba detrás de mi.

— Allí en el sofá. — Dijo ella señalando el sofá donde estaba mi sudadera allí doblada.

Fui hacia allí y la recogí, luego, vi que Noa se había sentado a mi lado.

— Voy a hacerme un batido, ¿Tú quieres algo? — Preguntó mirándome mientras se levantaba de su sitio directa a la cocina.

— Si, hazme otro por favor. — Dije y cuando se levantó no pude evitar mirarle el culo, ese conjunto le queda demasiado bien.

Era el típico conjunto para hacer deporte pero es que esos pantalones le resaltaban mucho el culo que tenía.

Yo mientras esperaba encendí la tele ya que no sabía que hacer, busqué algo en la tele hasta que encontré el canal de Barça TV así que lo puse y estaban jugando un partido de baloncesto, lo puse nada más porque no sabía que ver.

Vi que terminó de hacer el batido y trajo los batidos al salón.

— Gracias, ¿de qué es? — Pregunté dándole un sorbo a mi vaso.

— Denada, es de mango y manzana. — Dijo tomando ella también un poco de su vaso.

— Mmm, está demasiado bueno. — Dije bebiendo un poco más de este.

— ¿Podemos ver otra cosa? Pero bueno,
primero tengo que ducharme así que voy ya y no tardo. — Dijo ella con cara de cansada.

— ¿Me puedo duchar contigo? — Le pregunté de broma para ver su reacción.

— ¡Pero serás guarro! — Gritó no muy fuerte y puso cara de sorprendida mirándome pero a la vez con una leve sonrisa mientras se levantaba del sofá para dirigirse a su habitación a ducharse en su baño.

Yo solo le sonreí y la esperé a que terminara de ducharse.

— Aquí te espero, rubia. — Dije alzando un poco la voz ya que estaba más lejos del salón.

Terminó de ducharse pero aún así tardó un poco en salir del baño, cuando salió vi que salía con un poco de maquillaje que se le notaba pero muy poco. Estaba preciosa pero no era capaz de decírselo.

— Rubia, te quiero enseñar a jugar a fútbol y así me rio un poco de ti. — Le miré fijamente a los ojos.

— Yo prefiero ver como terminas con un ojo morado Pablo. — Dijo sonriendo falsamente.

— Llámame Gavi, es como me llama casi todo el mundo. — Dije mirándola.

— Bueno te llamaré como yo quiera que eres muy mandón. — Dijo ella rodeando sus ojos.

— Aparte no tengo ninguna pelota no se como quieres que juguemos. — Volvió a reprochar.

— Aparte de la sudadera dejé una pelota sin que te dieses cuenta ya que sabía que iba a volver pues la dejé para poder jugar. — Dije sonriendo y yendo a por la pelota que escondí en su armario.

Ella se quedó mirándome, se notaba que estaba alucinada, se fue a cambiar para ir un poco más cómoda y cuando volvió bajamos a las canchas de fútbol de su finca.

A mi no me hacía falta cambiarme ya que llevaba unos pantalones cortos de chándal y una sudadera gris Nike.

Bajamos y empezamos a jugar y ella intentaba chutar el balón y yo solo reía ya que se notaba que no era muy buena en ello. Le intenté ayudar pero yo solo le hacía algunos trucos con el balón mientras ella solo miraba impresionada.

Seguimos jugando por un buen rato y al final consiguió manejarlo a la perfección, no paramos de estar uno muy cerca del otro pero no pasó nada más entre nosotros.

Subimos a su casa y la acompañé al cuarto a dejar la pelota ya que le dije que se la quedase para poder volver a jugar yo me senté en el borde de la cama mientras veía como abría el armario y de repente vi una caja que ponía "Fotografías" tenía curiosidad así que le pregunté.

— ¿Qué tienes en esa caja? — Dije señalando aquella caja azul celeste que estaba en el armario.

— Son fotos, antes me dedicaba a ello. — Dijo mirando la caja atentamente.

— Quiero verlas. — Dije con algo de emoción.

— Me da un poco de vergüenza Gavi. — Mi nombre sonaba demasiado bien cuando ella lo pronunciaba.

Al final la convencí y me empezó a enseñar las fotos.

Al final la convencí y me empezó a enseñar las fotos

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𝙳𝚘 𝙸 𝚆𝚊𝚗𝚗𝚊 𝙺𝚗𝚘𝚠...? - pablo gaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora