¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Llego a aquella habitacion que ahora compartia con el nuevo Rey de la Pica, se quito aquel molesto velo que sus padres lo habian obligado a usar, se miraba al espejo, con aquel velo que se lo quito con un odio que no podia describir, sus ojos brillaban por las lagrimas acumuladas que tenian, escucho como la puerta se abría y se reflejo la silueta del azabache que este se acerco a él pero mantuvo una distancia considerable.
-Nunca te lo digo por que no es de mi incumbencia pero, si vas una fingir una sonrisa al frente de los dos reinos y más adelantes de tus padres hazlo bien, tratar de llevar todo por el lado bueno si? esto servira para algo Asta, los dos reinos casi llegan a una guerra que haria que se repitiera la misma historia y no querremos eso, por eso se hizo el trato, tu pueblo se ve más feliz, todo estara bien.-iba a colocar su mano en el hombro contrario cuando un manotazo la alejo del lugar.-
-Ni te atrevas a tocarme Yuno Griberryal, si finjo es mi problema no el tuyo, tú no eres al que le quitaron su sueño de ser feliz, al fin al cabo esperaron que tuviera dieciocho años para poderme casarme contigo, eres consiente de ello?!
-Se que lo hice por el reino Vermillion, pero no quiera casarme con un hombre de veintetres años que no nos conocemos de nada y que para nada es mi tipo, mejor dicho, no somos ni destinados, pero los pueblos se tragaron la mentira que por cierto, tú la dijiste, dijiste que somos destinados cuando claramente no lo somos, o que? Ves tú inicia en mi muñeca?-Se la mostro muy cerca de su cara, Yuno se quedo callado, no tenia ningun comentario por decir, sabia que en cierta parte, tenia la culpa de eso.
-Claramente, no la ves, por que no somos destinados y nunca lo seremos ni en esta vida y la siguiente, no aguantare estar con alguien como tú, hare el deber de los dos pueblos por mis padres a pesar que me vendieron asquerosamente a alguien como tú.- Sus palabras salian como veneno, haciendo que el corazón de Yuno se hiciera en mil pedacitos, sintiendose indefenso en esa situacion, solo agacho su cabeza y escucho el portazo que dio Asta, no sabia que iba a hacer.-
No sabe en que momento sus ojos picaban, y algunas lagrimas salieron, desplazandose por sus mejillas, se las retiro rapidamente, no podia llorar por ello, pero se sencia indefenso a escuchar las palabras de Asta, el lo traro bien, hizo lo mejor que pudo.
Días antes de la boda, sus padres le comentaron que podian salir, por el bosque y conocerse mejor, Yuno lo traro bien, lo trato como si fuera la cosa más delicada del mundo pero este solo lo contradecia que no le dijiera esas asquerosas palabras,en un momento Yuno trato de entralazar sus manos pero recibio a cambio un manotazo como el de ahora, pero este fue más fuerte, dejando aquella marca roja en la venosa mano del azabache, Asta a ver esto no hizo lo que pensaba hacer, pensaba que se iba a arrepentir de su acto, ofrecerle unas disculpas por lo que hizo, pero hizo todo lo contrario.
Solo se hecho a reír como si fuera la cosa más divertida del mundo, miraba aquella marca rojiza como si fuera una obra de arte andando, pero no lo era, solo mostraba que era una obra de el odio que tenía Asta por él, sus palabras se le habian quedado grabadas:
-Te lo mereces por atreverte a tocarme sin mi consentimiento, espero que te quede claro con esto que no puedes tocarme por nada del mundo, y que no nos vamos a llevar bien en todo este tiempo Griberryal, haz lo que quieras, pero no hare nada para llevar esto por el buen camino.
Esas palabras... Las tenia marcadas, quito esos estupidos pensamientos que tenia, si seguia pensando de esa manera iba a ser peor, solo se limito a sentarse en la cama matrimonial que habia en aquella habitacion, mirando a la ventana que estaba estaba abierta y reflejaba el atardecer del Reino de la Pica, solo pudo suspirar por la tranquilidad que se sentia en aquella habitacion (...)
Era noche, alrededor de las diez de la noche, miro aquel reloj de manesillas que se lo confirmaba, pudo escuchar el sonido de la puerta abrirse, sabía de quien se trataba, así que solo se limito a levantarse de aquella comoda cama en la que estuvo sentado por varias horas, no sabía la cifra, por que el tiempo se le paso volando por mirar el hermoso atardecer.
-Ahg todavía estas acá, todo el tiempo tendre que ver tu cara?-Pregunto con disgusto
El más alto no le contesto, no queria discutir más, solo se alejo de la ventana y a pasos gruesos se acerco a la puerta, teniendo que pasar al lado de Asta, no junto miradas, por que sabía que si juntaba iba a romperse lentamente al frente de el.
-Hey-Dijo tomando la muñeca del azabache.-Donde crees que vas a estas horas?-Pregunto con disgusto, un leve tono de preocupacion se notaba en sus palabras.
-No es de tú incumbencia, apesar que estamos casados por la iglesia, no estamos casados como pareja, ire a otro lugar para no molestarte, eso es lo que hago no? No me esperes para dormir, pedire irme a otra habitacion lejos de esta para no interrumpir, y porfavor, sueltame, me estas lastimando, no quiero otra marca en mi muñeca.-Dijo serio, pero por dentro se iba rompiendo poco a poco.
Asta no se dio cuenta de la fuerza con la cual estaba apretando la muñeca de Yuno, asi que lentamente desaflojo el agarre, agachando la mirada a sus pies, no iba a admitir que le dolio un poco por dentro todo lo que le dijo el mayor, pero no era su culpa, toda la culpa la tenia Yuno...Verdad?
Solo pudo escuchar la puerta siendo cerrada, mantuvo la compostura, subio su mirada, teniendo una leve esperanza de que él estuviera todavia ahí, pero no.
Se dirigio a la cama que compartia con el mayor, donde solo pudieron dormir unas cuantas veces, pero cada uno por su parte, dandose la espalda, cuando hacian eso sentia una molestia en su pecho que no podia decifrar pero no le daba cabeza.
Se acosto boca arriba, viendo el techo como si fuera lo más curioso del mundo, y no supo en que momento empezo a soltar algunas lagrimas que se asomaron por sus mejillas, no las limpio, dejo que siguieran su camino.
Se lamentaba, por estar llorando por semejanza estupidez, que para él lo era, sintio otra vez esa molesta presión en su pecho, puso su mano en su pecho, sintiendo como este bajaba y subia lentamente, pero no se iba, seguia ahí.
Trato de cerrar los ojos para poder descansar un poco, pero los cerraba y se encontraba con la imagen de Yuno, teniendo su vista brillosa pero estaba seguro que no era un brilo de felicidad, era todo lo contrario, y mirando su muñeca que era sostenía por él mismo, lo estaba dañando, lo estaba lastimando de la peor manera pero el no se daba cuenta, era el malo de la película.
Esa noche no pudo dormir, esperando que el azabache llegara y se acostara al lado de él, pero no sintio el calor del mayor para nada, durmio solo, todo por culpa de él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.