Capítulo 34

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Nicolás

Ya pasaron un par de días desde lo ocurrido con Jack, me siento solo. Ahora soy un cascarón vacío, sin su compañía perdí el rumbo de todo, ya no me levanto de la cama, ya ni siquiera le pongo atención a Kilian. Nuestra relación está apagada, Kilian sigue aquí, ya van dos semanas que no va a su trabajo, se la pasa bebiendo, también escucha música a todo volumen y varias veces he escuchado como grita cosas, como si estuviera discutiendo con alguien. Cada vez que viene al ático solo lo ignoro, incluso cuando tenemos intimidad. No tengo ánimos para nada, solo quiero dormir, no quiero nada con nadie. Enterramos a Jack cerca de los cultivos, me dolió demasiado y las palabras de Kilian no eran para nada consoladoras. Solo me decía: Te compraré otro animal, ya deja de llorar, es un animal no valía nada. Es un cretino, no tiene empatía por nada ni por nadie, como lo detesto.

Por más que intente no puedo conciliar el sueño, los ruidos que hace Kilian no me lo permiten, está muy mal. En algún momento, me voy a despertar y encontraré a Kilian desmayado o muerto por una sobredosis de alcohol, si eso llegara a ocurrir, no sé qué haría. No sé cómo salir de aquí, no sé en qué parte estoy y la comida no me aguantaría por toda la vida, tampoco sé cómo es la señal en este lugar, eso sería la única opción viable que me ayudaría ahora.

Escuché un estruendo y después de eso un quejido, algo se le cayó o él se cayó. Rodé mis ojos irritado, que tonto, cada día se vuelve más y más estúpido. Debería ocupar eso a mí favor, el problema es que su estado de humor es muy raro, algunas veces cuando bebe se pone un poco agradable, si le pregunto algo me responde sin ningún problema, otras veces se pone agresivo y cruel, y en otras ocasiones solo se queda callado y se sienta en algún lado. Muy raro.

La puerta del ático se abrió, me giré asombrado, no lo había escuchado subir las escaleras. Era él, entró con mucha dificultad al cuarto, se tropezó varias veces llegando a mi cama, a pesar de no estar tan cerca de mí puedo sentir el olor a alcohol. Le di la espalda ignorándolo, él se acercó a mí y me empezó a dar besos por mi cuello y mejilla. Lo empujé con mi codo con mucha furia y eso hizo que se cayera de la cama, me levanté aturdido y me puse a su lado para ver si estaba bien. Lo ayudé a levantarse y lo recosté en la cama, está demasiado ebrio, ha descuidado mucho su físico. Ordené su cabello y también su polera, lo cubrí con las sábanas y yo me puse a su lado abrazándolo. Escucho los latidos de su corazón, creo que son latidos normales, su respiración está un poco agitada al igual que su pecho. Movió su cabeza y me dio un beso en mi frente, comencé a jugar con mis dedos nervioso, no quiero hablarle y tampoco quiero que me toque, pero utilizaré este momento para saber su estado de ánimo.

—Kilian, ¿te encuentras bien? —pregunté con tono coqueto.

—Mmh... Creo que si... —replicó arrastrando las palabras.

—¿Puedo sostener tu mano? —cuestioné en el mismo tono de antes. Si acepta, significaría que no está de mal humor.

—Claro...

Entrelazó mi mano con la de él y así nos mantuvimos. Sus manos están frías y con muchos cortes. Estoy tan confundido, nuestra relación es como una falla que funciona, sé que es una contradicción lo que estoy diciendo, pero, es que es verdad, somos eso. Yo sin él no sé qué haría aquí y él sin mí, seguiría estando en las calles tal vez asechando a una posible nueva víctima. Una parte de mí lo odia por lo que me hace y por lo que le hizo a Jack, otra parte de mí le gusta su presencia, no importa como sea, con tal de no quedarme solo, estaré seguro. Soy un desastre, ni yo me entiendo. Abracé mucho más fuerte a Kilian y cerré mis ojos intentando no llorar, me odio a mí mismo, odio lo que siento, odio como luzco, odio no ser fuerte. Kilian apretó mi mano con mucha fuerza, hice una mueca de dolor e intenté zafarme de su agarre.

Oxímoron (+18/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora