Capítulo 03

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Mis dedos se deslizan por las teclas blancas con facilidad, la melodía brota del instrumento tan fácil como el aire hacía danzar las hojas de los árboles, las palabras salen de mis labios acompañando aquella melodía y es una única frase que le da vida a todo lo demás.

He's the air I would kill to breathe.

En lo único que puedo pensar es en él, el ángel que ha estado apareciendo en mis sueños una y otra vez, sonrío al visualizar sus ojos entrecerrados por la curiosidad al mirarme desde la distancia.

Still, I'm searching for something.

Y justo en ese momento escucho pasos acercándose a mí, sé que estoy soñando porque de alguna manera sé que es él, a pesar de la emoción sigo tocando, sigo cantando sin mirarle siquiera, sólo hago un espacio en la banca para que pueda tomar asiento a mi lado, su mano entra en mi campo de visión y toca acordes perfectos para volver la melodía más suave, más perfecta y especial.

En el momento en el que su voz acompañó a la mía me quedé muda, no fui capaz de emitir ningún sonido, pues no quería perder el privilegio de escucharle, me dedicó una sonrisa cuando nuestras miradas conectaron y dejé de respirar, incluso en ese mundo perfecto de sueños iba a morir de la impresión.

— Perdona, ¿te he incomodado? — preguntó dejando de tocar para estudiar mis facciones.

— No, todo lo contrario... Eso — señalé sus manos aún en el piano — Wow, eres impresionante.

Mi comentario le hizo reír, y supe que podía ser incluso más hermoso.

— Podría decir lo mismo de ti, ¿desde cuándo compones?

— La verdad es que, desde ahora, siempre me ha gustado cantar, pero no sabía que podía crear una canción yo solita.

— Deberías considerarlo, lo haces muy lindo. Quien sea que haya inspirado esa letra, debe de ser muy importante y afortunado.

— Sólo si existiera más allá del mundo de los sueños seguro que sí — bromee chocando suavemente su hombro con el mío.

— Bueno, quizás si lo hace, ¿tal vez estés imaginando un alter ego de tu novio?

— ¿De Noah? Ja, eso estuvo bueno, esa cucaracha mentirosa no despierta nada remotamente agradable en mí, créeme... Sólo me hizo el favor de romper la burbuja en la que vivía. El amor solo destruye todo a su paso, solo en un mundo de fantasías es todo perfecto.

— No debes decir eso, sólo porque un par de personas te fallaron no quiere decir que todos lo harán. — Me dedicó una sonrisa tranquilizadora y tomó mi mano entre las suyas. — Ara, el amor si existe, si es bueno y es una bendición, son las personas las que destruyen todo en su nombre y le hacen quedar mal. — Dejar de amar es dejarles ganar.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — Fue todo lo que atiné a preguntar, no quería darle la razón porque eso sería mostrar debilidad. — ¿Por qué no se el tuyo?

Justo cuando intentó responder un estruendo ensordecedor hizo que todo frente a mi desapareciera y me encontrara sentada en el medio de mi cama tamaño King, viendo mi ordenada habitación.

Tardé muy poco en despertar por completo, aquel sería el primer día del último año en ese colegio, en la ciudad, pronto estaría en Los Ángeles o en Nueva York persiguiendo mi meta de dedicarme a la música por el resto de mi vida. Con ese pensamiento me puse en marcha para arreglarme y desayunar a tiempo antes de salir hacia el instituto.

Tal como lo esperaba, podía sentir la mirada de todos sobre mí, incluso pude adivinar cuáles eran de asombro, cuáles de burla y cuantas más de curiosidad, algunos muy valientes se acercaron a alabar mi nueva imagen, lo cual agradecí, pero sólo una persona muy estúpida se atrevió a intentar dejarme en ridículo frente al resto.

Breathe AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora