LA MIERDA DE SER ADOLESCENTE

Una Carta A Mamá

Mamá
Hasta escribir la palabra me causa una sensación de nostalgia.
Nostalgia de las pocas veces en las que pudimos ser una madre e hija "normales"
Esas pocas veces en las que logré sentirme segura a tu lado.
Pero ya no más.
No logro comprender como pasó que de ser mi lugar seguro te volviste mi lugar de peligro.
No se cómo fue que en lugar de sonreír con las cosas que me decías ahora solo puedo llorar.
Mamá te amo, pero me haces mucho daño.
Me daña más saber que siempre te voy a amar, y que cuando algo te pase me voy a preocupar.
Mamá.
Estoy cansada de todo esto, de no poder sentirme bien a tu lado.
De repente son sonrisas y pasa algo mínimo y llega la oscuridad a apagar la luz que comenzabas a crear en mí.
Mamá, te amo.
Y por amarte me dejé de amar a mí.
Mamá, te aprecio y por apreciarte dejé de querer aceptarme a mí.
Mamá, solo quiero abrazarte.
¿Sabias que en la vida nuestros únicos abrazos fueron en Navidad u año nuevo?
Mamá, no te gusta el contacto físico, pero tu hija lo necesita.
Mamá, no te gusta la "nueva generación" pero tu hija es parte de ella.
Mamá, no te gustan las protestas pero tu hija participa en ellas.
Mamá, no te gusta todo lo que me representa.
¿Algún día podrás estar satisfecha de decir que soy tu hija?
Mamá... Te amo ¿okey?
Te amo y siempre te amaré.
Att. Tu patética e imperfecta hija.