𝑻𝒆 𝒗𝒆𝒐 | 𝑵𝒆𝒕𝒆𝒚𝒂𝒎

24.

Rotxo estaba recogiendo su comida cuando escuchó las historias que Neteyam y Laya habían dicho con rapidez. Sabía que estaban mintiendo. Lo sabía porque los había seguido anoche. No creía que fuera espeluznante, solo quería proteger a Laya en caso de que pasara algo. No confiaba en Neteyam.

No quería admitirlo, pero todavía estaba enamorado de Laya. Una vez que los vio ir horizontales, tuvo que alejarse. En realidad, nunca los vio hacerse nada el uno al otro, se había ido antes de eso, pero el segundo que Neteyam la besó, Rotxo tuvo que obligarse a irse. Sabía que no sería capaz de ver al amor de su vida con otro.

Estaba furioso cuando los vio juntos al principio. Fue hace meses, y todo lo que hicieron fue besarse, pero él estaba furioso. Desde el principio había estado advirtiendo a Laya, ¿pero que ella lo ignorara por completo a él y a su consejo? No podía creerlo. ¿Había conocido a Laya toda su vida, y ella lo abandona para ir por un nuevo monstruo de la selva que es medio decente en la cara? Opuesto al ser muy guapo de Rotxo.

Rotxo no sabía lo que había hecho para merecer este odio de Laya. Siempre la había tratado de maravilla y la había felicitado constantemente.

Es por eso que cuando escuchó que las patéticas excusas de una historia venían de Laya y Neteyam, se burló. Nadie le prestó atención, pero aún así quería que Laya y Neteyam supieran que conocía la verdadera historia.

Caminando hacia el final de la mesa, fingió dejar caer algo y mientras se acercaba, susurró al oído de Neteyam.

"Después del desayuno. Detrás de la palmera que está detrás del Mauri de Laya". Neteyam lo miró raro, pero asintió con la cabeza. Rotxo se puso de pie y se alejó.

Neteyam casi quería volar a Rotxo, pero solo quería quitar de en medio todo lo que tenía que decir.

Terminando su desayuno, Neteyam se puso de pie y fue a donde Rotxo describió.

Al ver a Rotxo esperando allí, Neteyam se inclinó contra el árbol.

"¿Qué quieres?" Neteyam le preguntó. La cara de Rotxo contenía ira y frustración. De repente, saltó hacia adelante y golpeó a Neteyam en la mandíbula. Neteyam, sin esperarlo, no lo esquiva ni lo desvió, y cayó hacia atrás. Entonces Rotxo se inclinó hacia la cara de Neteyam en el suelo. "No vuelvas a hacer eso con ella nunca más". Hizo una pausa. "No te acerques a ella, no la toques, no hables con ella". Neteyam gimió, frotándose la mandíbula.

"Ni siquiera voy a mentir a Rotxo, eso duele". Neteyam dijo mientras Rotxo se alejaba. Rotxo se dio la vuelta, frente a él. "Por supuesto que dolió, fue un puñetazo". Rotxo dijo arrogantemente. Neteyam gimió de nuevo. "Ten, eres un asco. ¿No puedes admitir tu pérdida? Estoy saliendo con Laya, y ella está saliendo conmigo. Chúpalo y sigue adelante". Neteyam expresó su voz. Rotxo se burló y se fue, dejando a Neteyam en el suelo sosteniendo su mandíbula.

Laya vio la extraña mirada de Neteyam cuando Rotxo estaba recogiendo algo cerca de él, y asumió que Rotxo le había dicho algo. Neteyam miró a Laya y se encogió de hombros, antes de terminar su desayuno y salir en la misma dirección que Rotxo. Luego, 5 minutos después, se dio cuenta de que solo Rotxo volvía. Ella miró a Rotxo, que acaba de guiñarle un ojo. Tenía un mal presentimiento, así que se puso de pie y se fue en la dirección en la que se fueron. Luego escuchó gemidos. Reconoció estos sonidos, ya que los acababa de escuchar anoche.

"¿Neteyam? ¿Dónde estás?" Ella gritó. Neteyam se puso de pie, sosteniendo su mandíbula. "Aquí", respondió, apoyando la espalda contra el árbol. Ella fue al origen de la voz y vio a su novio sosteniendo su mandíbula.

"¿Estás bien?" Ella le preguntó, corriendo a él rápidamente. Ella inspeccionó su mandíbula, moviendo su cara mientras miraba. No parecía roto, tal vez magullado, pero definitivamente no roto.