Eliot

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Tenerla en mis brazos se siente tan bien, los chicos instintivamente se quedan en silencio. Cada uno pide lo que siente y quiere. Me besan y ellos solo miran los paisajes y el mar a lo lejos. La dirección queda a media hora.

Las casas empiezan a aparecer y ella se mueve entre mis brazos. Sonríe estirando sus brazos y piernas.

-Dobla a la derecha es la casa grande, pueden dejarme en la carpa-abrazo su cintura en la última vuelta y busca mi rostro para observarme.

-Los veré pronto, prometo dormir una semana en su casa- Eso me hace reír porque ha olvidado que hemos hablado de vivir juntos. Pero lo terca que es.

-Ya lo hablaremos hermosa- La beso antes que los chicos llamen su atención. Teo se baja y yo igual mientras Marc se queda en silencio no le gusta separarse de ni uno de nosotros.

Mientras hablamos se acercan un grupo de hombres, entre ellos su padre me observa y camina hasta su hija con rostro serio.

-As demorado menos de lo pensado, no tengo tantas habitaciones dormirás conmigo y ellos tendrán que compartir-mis hombros se tensan y Cora tensa la mandíbula.

-No deben quedarse, papa no seas grosero- esta vez cruza sus brazos bajo sus pechos Teo le observa en silencio y sus ojos brillan vio lo mismo que yo. Hundirnos o salvarnos.

-No que eran tres? ¿Dónde está el tercero? Tengo una habitación con dos camas podrán arreglárselas.

-Papa, esto es solo porque no me quede a su reunión de la boda no me harás y tampoco podrás con ellos así que no me hagas irme y no volver- Marc se baja y se pone al lado de

Ella.

-Podemos quedarnos y ayudar, no tenemos problemas de ocupar la habitación- Dice dándome una pequeña mirada.

Ella se resigna mirando a su padre. Sabe que no nos hará cambiar de parecer y tampoco a su padre. Caminamos detrás de ellos Teo me sigue de cerca diciendo que no quiere pasarla a llevar.

-Puedes darme unos minutos y dejar las cosas de los chicos y buscarles algo cómodo-Su padre enarca una ceja y asiente dándonos el paso.

-Señorita Cora su ropa está en la lavandería su padre pidió tenerla lista cuando llegase- Un chico de nuestra edad habla tranquilamente. Ella le contesta amablemente y asiente tomando su bolsa.

-Voy por ella al rato, puedes traerme todo lo que necesitare y dile al veterinario que solo empiece con los que pueda-El chico asiente dando unos sir vidas y aparecen unos perros siguiéndoles.

Caminamos otra vez de la casa, puerta a puerta mostraban puertas con habitaciones grandes. Entramos a una y solo hay closet.

-No pensé que papa nos haría esto, esto es para ti y ustedes esto- los tres nos desvestimos en la habitación y nos ordena la ropa como suele hacerlo.

-Papa, los hará caminar y no se esfuercen en complacerlo nunca lo harán si yo lo eh complacido solo cuando le di mi resultado de la universidad de allí a más nunca-Solo asiento y los chicos se acercan a mí.

-Haremos lo que ella dice, no se esfuercen tanto por gustarle solo hagan lo que ordena y ya- ellos asienten mientras ella se viste con la ropa más fea posible, se ve hermosa.

Todos iban de aquí para allá, todos teníamos las manos ocupadas. Su padre nos observaba desde lejos y nos enviaba siempre a diferentes ñ a sectores. Trasladado frutas, granos, vinos y muchas otras cosas. Los chicos tenían hambre y todos estábamos cansado la puesta de sol ya había llegado.

-Deben tener hambre, vamos a cambiarnos debemos ir a cenar- los tres la seguimos en silencio. Mi humor estaba regular y ver a los chicos tranquilos y agotados hacía que la cama fuera dichosa de dormir.

Las palabras eran cortas para lo que veíamos, había de todo y su familia tenía la vista en los tres a lo que pasaba el día vi un par de ellos y de ellas.

-Chicos sírvanse estamos todos hambrientos, pueden comer lo que gusten- Cora toma su plato y se levanta a elegir su comida. No duda en tomar así que hago lo mismo. Todos están en silencio.

-Puedo saber algo? ¡Tengo una duda suegro! -Dice Teo con descaro Cora no se sorprende y tampoco dice nada. Se que espera a que digan o hagan algo ofensivo.

-Que sucede? ¿Es por el trabajo fue muy duro? - Teo se queda tranquilo, suelo ser yo el tranquilo el bromea y es muy expresivo.

-Cuanto nos pagara? -Esta vez todos le miran sorprendidos. Yo me quise reír, pero Cora se ríe primero.

-Ni creas que te pagara, te pago yo más tarde a los tres- Nos guiña un ojo riéndose de su padre.

-Bien, así que tú eres el directo de los tres- Cora se ríe y niega. Su padre enarca una ceja.

-Es quien hace bromas Teo, Marc es serio y muy analítico los tres lo son y Eliot es nuestro centro. Si necesitas cualquier cosa él puede ayudar.

-Si necesito saber por qué tres hombres amarían a mi hija como si fuesen uno y es mejor que solo uno le ame- Esta vez me reincorporo.

-No se trata de su hija solamente somos cuatro, cada uno ama al otro por igual, todos tienen su forma y su hija nos complementa. Amarla es poco a lo que sentimos. Puedo hablar de los tres porque solo al verlos y ver cómo le miran a su hija sé que le aman y respetan- los chicos me guiñan un ojo y Cora solo se queda en silencio.

-Bien, tratare de entenderlo, ustedes como sus tíos y familiares. Les deben respeto a las parejas de mi hija. No quiero discusiones ni tampoco falta de respetos. Es la última vez que doy explicaciones del por qué mi hija ama a tres hombres o mujeres da igual. Me importa un carajo la puerta y el portón está abierto a quien no le guste y puede irse en este momento- Todos hablan a la vez y yo solo sigo comiendo. Cora hace lo mismo mientras su papa discute con una señora. Todos hablan a la vez.

LA SUMISA DE LOS SOLLERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora