Intenciones CAP 2

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En la actualidad...

— ¿Lo has visto? mi madre se la vive impaciente por casarme y yo tengo el mismo interés pero no llega nada. Tú tienes todo lo que mi madre y yo podemos querer "aunque con motivos diferentes" y no se te ve feliz. Vamos, vamos, el conde es un buen hombre, que no diera yo por tener un poco de tu suerte.

La joven Rustey la miró con desagrado y reproche, así que la rubia optó por mover su vestido de forma poco apropiada y tumbarse en la cama, las enaguas blancas se asomaron bajo el vestido gris con azul marino, que hacían notar el medio luto que llevaban mientras no salían a ningún evento social dónde pudiera encontrar a un buen partido, Constanza se había acostumbrado rápido a aquellos colores sobrios y por alguna extraña razón repudiaba los colores pasteles acostumbrados para las jóvenes casaderas, en su interior había desarrollado un sistema de autodefensa y secreta resignación estaba segura que tanto ella como Percival no saldrían jamás de Paterson Manor a menos que fuera con los pies por delante como sus dos primeros hermanos.

Solo Anthony lo había logrado de una forma poco amable, si cabe destacar y su madre hacía mucho que lo daba por muerto, nunca le escribía una sola carta salvó a Percival con la intención de recibir los intereses del capital que había dejado como resguardo por si su aventura no resultaba bien.

Sí, Constanza casi se había resignado pese que en su corazón quedaba una mínima esperanza de vivir algo parecido a lo romántico, algo pacífico tal vez no digno de escribirse en un libro pero lo suficientemente bueno como para compensar los años de vida rígida al lado de su madre, debido a las ausencias prolongadas de su poco cariñoso padre. "Casi resignada", no mostraba su tristeza esporádica ante la posibilidad de envejecer al lado de Percival enterrando a su madre y criando a Prue casi tan severamente como su madre a razón de costumbre y al final ser tres solterones consumamos envejeciendo en aquella mansión contando cada moneda como cualquier prestamista amargado, anciano y avaro.

Por ahora solo importaba una cosa, su mejor amiga se casaría; no mostraba el entusiasmo que ella habría mostrado de ser el caso de que tuviera la fortuna de un matrimonio arreglado con un partido como aquel,claro no demostraria ánimo alguno delante de su madre, no aspiraba que pudiera conseguir un matrimonio por méritos propios tanto como por su buena dote pero a Constanza le hubiera bastado o al menos eso quiso creer, siempre que no se tratase de un anciano.

Una buena tarde mientas mediaba una situación inusual totalmente y bastaste desagradable que tenía a la chica Rustey comiéndose las uñas llegó a casa, agitada e impaciente, no era el comportamiento habitual dentro de su casa que era la corrección absoluta, se dirigió al despacho de su hermano pues le escuchó casi gritar y estaba segura que era a su madre, Percival nunca gritaba pero está sería la segunda ocasión y su madre... solo su madre tenía tal poder.

— ¡He dicho que no! Yo tengo la última palabra, espero que lo hayas entendido.

— La última palabra sobre el destino de mis hijas la tengo yo -desafió.

— Te enviaré a una casa más cómoda y anunciaré que busco esposa, una que elegiré yo y nadie podrá verme con malos ojos.

— Tú, no me sacarás de esta casa.

— sabes que puedo, soy el Vizconde.

Hubo un silencio...
— Es un partido excelente, piénsalo Percival, rechaza su dote y entonces Prue podría tener la oportunidad de casarse con un duque.

Prue por cierto era casi una réplica de Constanza pero con menos brillo.

Lo que Percival acababa de escuchar fue lo último que pudo tolerar, como podía salir tanta estupidez de la boca de su madre pero no era todo.

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⏰ Última actualización: Jul 07, 2023 ⏰

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