Destrúyeme, pero no te vayas

Caótica historia

Y dime, que hiciste con aquel que me escribía "te quiero" uniendo estrellas durante una luna llena.

Aquel que pronosticaba tan solo veneno camuflado de honestidades y promesas.

Mis dedos se deslizan por las teclas de este piano, de la misma forma que recorría tus mejillas, con la esperanza de sentirte quizá en alguna nota.

Pero ya no suenan, no como antes.

Desapareciste, vi como te ibas por aquella calle por la que antes besabas mi mano con nuestros dedos entrelazados.

Donde en cambio, ahora voy dejando lágrimas como miguitas de pan por si a lo mejor vuelves a buscarme. 

Aunque quizá me sirvan más para dar media vuelta y volver a casa.

No te culpo. Todo tiene su fin.

Y aunque nuestro pronóstico, o más bien el mío, haya cambiado. 

Aunque las estrellas ahora simplemente sean diminutos puntos brillantes descoordinados.

Aunque nuestra calle se haya vuelto una simple y triste calle más.

Por lo menos pudimos escribir nuestra caótica historia.