8

27 2 0
                                    

A primera vista, era un tipo duro,
de los que apretaban el acelerador a 180km/h y durante el recorrido, con un cigarro entre los dedos, tan solo colocaba su mano libre bajo el vestido negro de la chica de los labios carmín,
que persistía excitada en el asiento del copiloto.

Pero tan solo eran mis ojos sumergidos en una quimera.
Una quimera de la cual conseguí despertar con el dulce roce de tu mano contra la mía.
Cuando el acelerador no pasaba de los 60km/h, o cuando me sumergías en la cápsula protectora de tus brazos en mis noches de pesadillas.

Me di cuenta de lo que escondías tras ese aspecto terco.

Me dejaste entrar a los rincones perdidos de tu corazón por la puerta grande y trataste de hacerme llegar a tu niño interior para que pudiera observar como recuperaba su sonrisa perdida.

Me demostraste con actos lo que significa amar y supiste hacerlo a la perfección aun sin conocer a fondo el término.

Te limitaste a cortejar los hoyuelos que me salían de vez en cuando para fijarlos eternamente al lado de los tuyos.

Entrelazamos dos almas distintas pero a la vez tan iguales en un 8 tumbado que marcaría el principio de este incesante infinito a tu lado.

Destrúyeme, pero no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora