Manipulación

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Jugabas con la manipulación para mantener la cuerda firme.
No permitías dejar escapar un hilo pues eso significaría dejarme escapar a mí.
Solo fui un numero, ¿y qué, verdad?. Te daba igual el orden. Te gustaba verme los domingos, pues seguramente el resto de días los tendrías ocupados. Se te daba bien, no nos vamos a mentir. Mentir. Esa palabra la dominabas a la perfección.
Poco a poco entendí las reglas de tu juego y decidí jugar también. Lástima, ingenuo de tí, no te dabas cuenta.
La cuerda se empezó a aflojar. Por fin rompió y tu juego terminó.
Marqué un punto y final a esta historia, aunque tú solo abrieras el libro para mirar los dibujos.
Me fui. "Pero mira el lado bueno", te dije; "Ahora nuestros domingos te quedarán libres para seguir arrasando con almas ingenuas como la mía".
Porque a mi ya, nunca más.

Destrúyeme, pero no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora