Corrí a sus brazos y me volví su refugió, lloro, por horas, y jamás me aleje, me necesitaba y si no podía ayudar a los demás, tenía el poder en estos momentos de estar ahí, para ella..
- No puedes ser así, no pienses que me iré el día que entierren a mi madre, ¿que te pasa?, ¿porque siempre quieres que haga lo que tu digas?, disculpame Massimo, pero esta vez, todo es diferente y lucharé con uña y garra para no alejarme, no hasta que sienta que ya fue suficiente.- Las duras palabras de mamá, fueron las necesarias para que mi padre termine de cargar lo último en el vehículo para volver a nuestro hogar.
-Vamos hija, busca tus cosas.- Dijo y me negué.
- Me quedaré con mami, no quiero dejarla sola.- Tenía miedo de su respuesta, sabía que si me negaba su fastidio iba en aumento.
Me observo y el enfado en su rostro ya era evidente, tenía miedo, jamás me había levantado una mano, pero era capaz, lo sabía más que nadie.
Eran vagos los buenos recuerdos que tenía sobre mis padres juntos, y últimamente iban más en decadencia, sabía y presentía que el amor entre ellos, ya no existía, solían pelear todo el tiempo y mi padre tenía la costumbre de importarle un comino la palabra de mamá, aquí siempre fue su palabra y lo que él quería.
Sus celos y toxicidad habían gravado mi mente eternamente, ese verano, el dolor de mi madre por la ausencia reciénte de mi abuelita, rodaba por cada esquina de su esencia, era exageradamente notorio, y padre sólo lo empeoraba aún más.
Llamadas a altas horas para saber donde nos encontrábamos y si mi madre no se había alejado con algún tipejo, patrullas en las tardes corroborando mi presencia, era tanto lo cínico de su mente, que me utilizó como una excusa.
-Venimos por una denuncia, sobre una niña con problemas de salud y viviendo en condiciones altamente precarias.- Nos detalló la policía, mujer alta y de rasgos jóvenes, una agente que observaba todo con suma cautela.
-Este hombre esta mal, como puede ser que los mande con tal acusación, pueden observar que mi hija está bien, y que estamos bien, dejen de tratar seguirle la corriente, porfavor. Ya estoy arta...- dijo mamá al borde de la desesperación. Hace días que no paraban de venir, buscaban lo mínimo para llevarnos de regreso.
Mi padre, en aquel entonces, tenía en sus manos el poder que cualquiera quisiera tener, tenía contactos, y podía hacer lo que quisiera, cosa que iba en contra de mamá, y por esos motivos creía en el miedo incomparable que ella solía tener.
Durante los nueve años de nuestra convivencia jamás había estado al borde de ver esta escena, mamá y papá eran un desastre, pero no creí que fuera peor de lo que apenas observaba.
Recuerdo una noche, despertar por los gritos que se trataban de esconder. -Sh, porfavor Massimo, se despertaran las niñas.- dijo mamá, intentando susurrar y calmar el momento.
-¡No me digas que tengo que hacer cuando sabes que tienes que resolver esto!- papá gritaba con furia, no sabía el motivo, pero ya me era normal ver sus sombras en la oscuridad, esto era el episodio de todos los fines de semana. -¡Vas a darme lo que te pedí y vas a dejar de hacer esta escena estúpida!- grito nuevamente mi padre, estaba borracho, por aquel fernet de los sábado que él se permitía, y algunos tragos de más del vodka que escondía en la alacena.
-Porfavor Massimo..- susurraba mamá.
-¡Dije que te calles!- y acto seguido, se escucho el fuerte sonido de la mano de mi padre sobre el rostro de mi madre. Esta vez, la enorme diferencia fue captar con mis ojos el escenario.
Comencé a llorar, a temblar y a auto abrazarme en lo desconocido. Mi hermana recogió mi cuerpo hacia el de ella y me abrazo con fuerza. -Sh, no hagas ruido, porfavor, llora en silencio..- repetía por lo bajo y como si estuviéramos escondiendonos de un monstruo, le hice caso.
Pero mi padre me había descubierto, sentí como alguien me había alejado de mi hermana con un samarron, y luego pude observar a mi padre llorar y disculparse. -Perdón, no llores hija, perdón..- dijo papá, y luego sólo me abrazo, para terminar durmiendo y tratar de olvidar lo ocurrido.
Pero jamás lo olvidaré..
Después de la última visita, se decidió un regresó, no sin antes despedirnos de la naturaleza y la vida pasada que recorría el pequeño pueblo de mi madre. Subimos con emoción y alegría aquella empinada montaña y desde la altura podíamos observar los destellos del atardecer, aquellos colores cambiantes con cada minuto, se sentía cálido y la pequeña brisa lo mejoraba.
Voltie mi mirada en mamá y me quedé embobada en ella. Se encontraba sentada al borde de la roca gigante de aquella punta, mirando en todas direcciones, observando y difrustando cada segundo que pasaba, su lenta respiración palpitaba una tristeza enorme, era fuerte aunque nadie lo notará, aunque pareciera todo lo contrario, era más fuerte que nadie en este universo. El sol la hacia destellar, su piel blanca amarillenta, se veia delicada y suave, lograba resaltar su hegemónico rostro, curvileando su pequeña nariz, redondeando sus carnosos labios y uniéndose a sus pestañas arqueadas por su color dorado, ese color del rubio tan carecterizante en nuestra familia, me hacía recordar a Yaya y abuelita, sonrió y sus ojos esmeralda con toques grises, comenzaron a mancharse de gotas cristalizadas.
Déjalo ir...
Este escenario, me regalaba el recuerdo de la felicidad no eterna, del poder que la tristeza puede causar en algunos seres, y del poco valor que solemos darle a todo lo que nos rodea. Porque aunque quisiera decir que volví a disfrutar esto, sólo estaría mintiendo, porque jamás regrese ahí, desde ese acontecimiento, jamás volví y siento no a ver aprovechado como lo hizo ese mismo día el ser de luz que es mi madre.
Gracias por seguir leyendo.♡
Recuerden:
Esta pequeña historia, no es una respuesta a cualquiera que sea tu situación actual.
Si te hace sentir mejor, utilízalo sólo para desahogar todo aquello que tengas guardado. Permítete llorar mientras disfrutas del desenlacé literario, pero jamás, sobre todas las cosas, utilices esta historia para tomar una decisión, y recuerda que todo es ficción!Actualización siempre que pueda.🍃
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~ Antes De Mi Carta Suicida ~
Random~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Nacemos, "vivimos" y morimos. Pero, ¿A que costó? No quiero, me taladrea la mente saber que estoy a pasos de poder perder la vida o que estoy en busca de eso, porque sí, vamos en busca de algo que no sabemos como conseguir...