Cap. 2: Funeral

116 9 0
                                    

¿Qué sentirías si te quitaran lo más preciado, algo que hiciste para mejorar al mundo, para que tu ciudad tuviera esperanza de prosperar? ¿Qué sentirías si te quitaran a un hijo, o peor aún, a dos? El Profesor Utonio fue una víctima de esto. Apenas en la mañana él se había levantado, desayunado con sus hijas y luego las miraba volar hasta aquel desfile. El pobre nunca pensó que sería el último día donde vería vivas a dos de ellas.

Ahora, Utonio se encontraba sujetando una foto familiar entre sus manos, viendo fijamente como Bombón, Burbuja y Bellota, niñas en el momento de la foto, sonreían a la cámara. Las lágrimas del hombre mancharon ligeramente el vidrio que protegía la foto, no podía evitar llorar, recordando los momentos de felicidad con su familia.

—¿Utonio?—se escuchó una voz femenina llamando al científico, quien se volteó para ver a la fuente.

—Keane—respondió Utonio al verla—. Disculpa, esto no es fácil para mí.

—No es fácil para nadie—dijo la maestra de kínder mientras ayuda al profesor a limpiar sus lágrimas—. ¿Dónde está Burbuja?

—Oh...ella...fue a desahogarse

Burbuja se encontraba flotando frente a un gran iceberg de hielo, no hacía más que observar la inmensa estructura, fría como la mirada de la chica, fría como Mojo Jojo al acabar con sus hermanas. Burbuja dio un suspiro, inhaló todo el aire que pudo y, finalmente, soltó un potente grito sónico que despedazó por completo el Iceberg.

Burbuja se quedó viendo las ruinas, acercándose a las mismas y flotando entre ellas. El escenario le recordó rápidamente a las ruinas de aquel edificio, bajó su mirada y se sobresaltó al creer haber visto el cuerpo de Bellota a sus pies, luego suspiró, porque solo fue su imaginación. La rubia levantó la mirada, encontrándose con un gran escombro de hielo, el más grande a la vista, cuyo tamaño se asemejaba al robot de Mojo Jojo. A la memoria de Burbuja llegó la imagen de Bombón siendo sujetada, y luego aplastada. La Chica Superpoderosa azul apretó el puño y su mirada se iluminó de rojo, para seguidamente arrojar su visión láser al escombro de hielo, que fue completamente borrado.

—Creo...que no sirvió de nada—soltó Burbuja cabizbaja, pues su dolor no se calmaba.

La Última Chica Superpoderosa se limpió las lágrimas, para luego tomar vuelo de vuelta a la ciudad de Saltadilla, a un lugar en concreto, el cementerio. Al llegar, Burbuja no hizo más que aterrizar cerca de la multitud vestida de negro, posteriormente se reunió con su padre.

—¿Estás bien, Burbuja?—preguntó Utonio, tomando con delicadez los hombros de su hija.

—Sí...estoy bien—respondió Burbuja, intentando disimular el nudo en su garganta.

El Profesor Utonio miró a Burbuja fijamente, sabía que ella no decía la verdad, pero ¿Qué podría hacer él? Era una situación delicada para todos, no podía presionarla, no podría hacerlo nunca, menos cuando él sentía su mismo dolor.

Burbuja se dirigió junto al Profesor Utonio y la Señorita Keane hacia una multitud vestida al igual que ellos, la cual rodeaba un altar junto a dos ataúdes. Decir que era el funeral de Bombón y Bellota sería innecesario.

—Gracias por venir, Alcalde—habló Utonio a un señor calvo, de baja estatura y edad avanzada, acompañado por una mujer que sería todo lo contrario—. Esto es algo muy duro.

—No hay de qué—respondió el Alcalde limpiando una lágrima de su ojo.

—Lamentamos su pérdida—dijo la acompañante del Alcalde, la Señorita Bellum.

—No es solo mía.

Burbuja prefirió no hablar, siendo acompañada a su asiento por Keane, para luego ser alcanzadas por Utonio. La ceremonía dio inicio, con un discurso del sacerdote. Burbuja no hacía más que escuchar y mirar de reojo en todas direcciones, atenta a cualquier peligro, pudo jurar haber visto a la Banda Gangrena o a Los Chicos Jocosos en las cercanías, pero de momento nada había ocurrido.

Las Chicas Superpoderosas: SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora