capítulo 4 - El espejo y la pasadilla

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- Ángela, ¡despierta, despierta! gritaban mis hermanos a la vez que me sacudían de un lado al otro. 

- ¿¡Qué me paso!?- Salte asustada.

- Estuviste una hora inconsciente, querida. Me dice una señora,la misma que estaba parada en la entrada, llevaba una pañoleta blanca en la cabeza y tenia un bastón junto a ella.  Me levante del piso y me senté en un silla a medio romperse , que estaba al lado de la señora.

-¿Que te ha pasado? , me pregunto con una voz frágil

- La mire, pero no puede responderle, mi expresión facial lo decía todo y parecía que ella se había dado cuenta de lo que sucedía.

- Cuida a los niños por mí, solo un minuto por favor- le dije a la señora

-Claro querida, no hay problema... contesto dulcemente.

Fui al baño más cercano, quedaba en el pasillo izquierdo. Me mire al espejo, estaba totalmente despeinada, y roñosa. Nunca fui la típica chica que se arreglaba, pero estaba mal de verdad. Tenía una herida en mi frente, un tajo sangrante. Y unos moretones en mis brazos. Mi cabello que era sedoso, era una maraña y estaba seco, mis pecas habían desaparecido por la tierra y de haber llorando tanto. Además estaba hambrienta, ya era el atardecer y no habíamos comido nada desde la madrugada que salimos. Me acorde de mis padres. Casi me había olvidado, que no estaban más en el refugio. Salí corriendo a preguntar qué es lo que había pasado con ellos. Tenia la pequeña ilusión de que los encontraría en el gran edificio.

-¿Alguien ha visto a mis padres? Pregunte una y otra vez, aunque nadie me respondía. Solo había niños en este lugar, pocas personas eran grandes, y esos solo eran los militares....

Mire un cartel : SOLO NIÑOS Y ADOLESCENTES.

Me quede helada. ¿Significaba que mis padres no volverían por unos días?  Salí a buscar a la señora que estaba con mis hermanos

Seguía sentada en el mismo lugar,mientras Hanna y Dylan, conversaban con otros chicos.

-¿Donde están mis padres? Le pregunte secamente

Me llamo Anna, dice la señora. ¿Qué tal? .Me quede callada mirándola tristemente

-Este refugio es solo para niños y jóvenes como tú, me respondió

-¿Qué hay de usted?, le pregunte.

-¿No sabes que es lo que está pasando? Y por cierto soy la dueña de este edificio, dijo de forma un tanto soberbia

-¿Por qué hiciste que sacaran a todos?- le pregunte con un grito entre cortado

-¡No fue decisión mía! , deje que los militares lo hagan por mí, ¿porque una anciana como yo debe manejar todo esto?

-Pero mis padres, ¡ya no están!

¡¡ALERTA. ALERTA!! ¡LOS CAMINANTES ESTÁN ENTRANDO!, gritaron los hombres.

Pasaron 3 o más militares corriendo, otros estaban disparando.

Se llevaban a los niños, a un centro de evacuación más grande, que seguramente quedaría lejos de aquí  ,Así que Dylan y Hanna fueron cargados con los demás niños.

Corrí detrás de ellos lo más rápido que pude. El edificio se caía en pedazos, me tuve que separar por un momento... uno de los enfermos se acerco a mi y me desvió del camino por donde todos corrían a la salida.  Me quede helada al ver que se iban sin mí, El camión de guerra, acelero rápidamente, La gente infectada se me abalanzo por todos lados. Unos de los civiles se me quedo mirando, no hizo ningún gesto, como para que me pudieran ayudar.

-¡ESPÉRENME POR FAVOR! Grite desconsoladamente, llevaban a mis hermanos con ellos. Mi deber era cuidarlos, y ahora también nos estábamos separando. Dylan y Hanna me miraron con ojos llorosos a la distancia, el camión ya estaba demasiado lejos, como para que me escucharan.

Me tire de rodillas, y comencé a llorar desconsoladamente. Me repetía a mi misma – solo es una pesadilla, solo es una pesadilla. Pero aun seguía en ella y no tenia escapatoria. 

No todos los ángeles vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora