Capitulo 64

480 59 6
                                    

Ran Haitani

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ran Haitani

Suelto el aire retenido del humo del cigarro, hace tres días que no salgo de la habitación, no pruebo bocado ni mucho menos quiero salir.

Quizá lo que duele en el amor es cuando termina y no de una buena manera como uno quisiera

De la noche a la mañana las cosas pueden llegar a un límite en terminar todo lo que por meses se construyó.

Sé que si hubiera detenido a mi padre antes de seguir con sus cosas talvez no hubiéramos llegado a este punto. Pero ya no vale para nada el arrepentirse o tratar de pensar en como las cosas cambiarían si no tuviera un padre como él.

La puerta es abierta y ni siquiera me inmutó en voltear a ver. Solo sigo inhalando el humo del cigarro.

—Nunca pensé que Ran Haitani estaría en un total desorden, siempre eres quisquilloso con el orden.

—Vale una mierda ahora, Rindou – mi hermano se sienta a mi lado.

—Me repito una vez más en la cabeza, ¿Por qué lo hiciste? No tenía conocimiento de lo que papá hizo que hicieras.

—Acepte porque no pensé que terminaría amando a esa mujer, no tenía medido eso pero... Ya es tarde para cambiar las cosas, mucho más con ella.

—Deberias decirle la verdad, intentar hablar de esto y que pueda comprenderte, no me cae muy bien que digamos, la acepto porque por primera vez estás amando a una persona que no sea yo...

—Ella no me va escuchar, ¿No viste cuando empezó a llorar? Joder... Jure que nunca la vería así de nuevo, algo en mi se quebró en mil pedazos, solo quería abrazarla y pedirle perdón por todo, pero ¿Cambiaria algo eso? La respuesta es no.

—Ella te ama también, solo necesitas salir e ir a buscarla a su casa Ran, tú y ella se merecen otro final mejor que esté.

—Lo he arruinado todo, maldigo a papá y a todo lo que quiera hacer, emos dejado a toda esa familia sin nada y... Lo peor de esto es que la perdí a ella.

No me dice nada más, no sé porque tengo tantas ganas de llorar, nunca en mi miserable vida he llorado, ni siquiera cuando mamá se fue, Domi era diferente para mí.

Una estrella tan permanente que alumbraba mucho más que la luna, ella era mi mundo entero de estúpidos sentimientos, con ella mi corazón era un poco menos cruel.

Ya no sé que pensar o decir, la quiero a ella, la necesito como el aire, como el agua o incluso como la propia vida.

Yo la amo como nunca amare a nadie, se que me estará odiando, se que se sentira traicionada, lo que dije no es nada bonito pero si no lo hacia papá haria algo hacia Rindou.

—Sal de esta habitación y búscala antes de que sea tarde, has que todo estos meses no sean en vano, deja el orgullo por primera vez y habla con la mujer que amas, hermano.... – se levanta – Papá ya tiene lo que quiere, tú ve por lo que necesitas y arreglalo sin mentiras ni engaños.

Se va, me quedo en silencio dejando caer el cigarrillo en el suelo, ¿Debería ir? ¿Y si me rechaza?

No sabes que pasará si no lo intentas

Me levanto como puedo, busco mi sudadera y mis tenis, bajo rápidamente tomando las llaves del auto, Rindou me mira con una sonrisa ladeada.

Salgo en busca del auto que arranco a toda velocidad para ir por ella, necesito decirle lo que realmente paso.

Estos tres días han sido un infierno total, yo la amo, necesito que se quede conmigo recordándome que su amor es infinito como me declamaba

Es hora de tener lo que amo, lo que quiero y lo que es mío.

Llegó rápido a su casa, bajo sin sentido alguno, solo enfocado en que tengo que hacer hasta lo imposible para tenerla de nuevo, se que puedo, Ran siempre puede.

—Domi – tocó la puerta.

Nadie abre, vuelvo a tocar varias veces pero es inútil, voy al lado de su ventana para ver la habitación pero está vez estás cerrada.

—¡Domi! – gritó con las fuerzas que me quedan.

Vamos mujer, sal tan siquiera para decirme que me odias, ha golpearme o lo que sea pero solo sal y mírame.

—¿Ran? – volteo a ver al dueño de la voz

¿Damon? ¿Daimon? O ¿Como carajos se llamaba?

—¿Que haces aquí? – camina hacia la puerta

—Necesito hablar con Domi, se que no me quiere ver ni tu familia, pero déjame explicarle todo... – estoy rogando algo por primera vez

—¿Arreglarlo? ¿Que cosa? ¿Las mentiras, los engaños, las cosas malas que trataste de cambiar o... Dejar de ser un hijo de puta?

—Se que no me quieres ni ver, pero realmente quiero hablar con ella, necesito hablar con Domi... Solo déjame hacerlo

—No puedo, más que todo ya no puedo – no comprendo – Domi está ahora mismo partiendo en un avión hacia Estados Unidos

Me quedo perplejo, ¿Es una broma? Es una muy buena broma para dejar que no la mire.

—¿No. Es mentira? – niega, siento como el pecho me arde

—Mi madre ha venido por ella, no diré nada más, solo que ya no está en Japón – no es cierto – Se que le dijiste a Domenique lo que pasaría, me lo contó todo, entiendo que tenías en peligro a tu hermano pero has herido a mi hermana y la verdad no sé si pensar que eres bueno o tratas de ser el bueno o simplemente eres el malo de la historia.

No le digo nada, ¿Realmente de que lado me considero? Soy bueno por el lado de salvarle la vida a mi hermano pero por el otro me conocen por malo por herir a la mujer que tanto amo.

—Los errores se cometen a diario, aprende a ver cuál fue el que tú cometiste para no volver a hacerlo en el futuro, si es que hay un futuro en dónde puedas volver a verla.

—La culpa es mía, yo debí de ponerle un alto a papá pero nunca lo hice, nunca tuve tiempo y cuando lo tenía no lo hacia, no quise dañarla ni mucho menos hacer que me odie, pero... Ya es demasiado tarde y he perdido para siempre lo que he amado con mi vida entera.

—Ran, si alguna vez tienes una segunda oportunidad arreglalo pero ahora no intentes llamarla o buscarla, deja que se cure un buen tiempo y que el mismo tiempo te diga si te dará esa suerte de tenerla de nuevo. No lo obligues ni mucho menos lo esfuerces, deja que se de el momento y no lo pierdas.

Me palmea el hombro y me deja mirando a la nada, está vez no detengo nada y solo suelto las lágrimas atoradas que surgen del fondo de mi corazón.

Lo acabe todo en un solo parpadeo y quizá esto nunca me lo perdone yo mismo.

Aunque estaba dispuesto hace mucho en que me rompiera el corazón, pero no así, yo no mencioné que lo haría yo mismo.

Yo la amare incluso cuando no sepa si está bien o si aún se recuerda de mi.

1} Irresistible Deseo| Ran Haitani ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora