Akira, una joven actriz, se ve envuelta en un drama desde que tres guapos mafiosos se interesan en ella. ¿Podrá decidirse por uno de ellos? ¿Podrá salir con vida después de meterse con un grupo de este tipo?
Mi respiración paró, él no podía saberlo, menos de esta forma. Rápido, Akira. Inventa algo.
—Entonces debieron ser los vecinos. — Reí nerviosa. — Pero equis, ¿no? ¿Ocupas algo?
—Estás muy rara, Aki. Pero sí. ¿Tienes algún sombrero que quede con mi outfit? — Él giró en su lugar, presumiendo.
—Mhmm... creo que tengo uno que le queda perfecto. Espera aquí. — Caminé un poco y Adi me siguió. — Ah, no. Aquí espera, es que... mi habitación es un desastre ahora mismo.
—Llevamos años de amistad, he visto tu habitación siendo un desastre un millón de veces. Vamos. — Rió.
—No, Adi. De verdad. Espera aquí.
—Bieeen, te esperaré aquí sentadito. — Se dió la vuelta y se sentó en el sofá.
Yo me dirigí hacia mi habitación, al entrar inmediatamente cerré la puerta y les grité con un susurro.
—¡¿Qué mierda fue eso?! ¿Quieren que los descubran?
—L-lo sentimos, Akira. Algo se cayó. ¿No sospechó... verdad? En verdad lo sentimos. — Dijo Izuku, claramente preocupado.
—Ya quédense en silencio, por favor. — Contesté.
Me acerqué a mi clóset y busqué el sombrero para Adi. Lo tomé en mis manos y volví a ver a los chicos, dándoles una mirada amenazante antes de irme.
—¡Bien, Adi! Aquí tienes. — Le extendí mi mano con el sombrero.
Él lo tomó y me abrazó.
—¡Gracias, Akira! Ya me voy, ya llego tarde. — Se acercó a mí y me dió un beso en la mejilla para después salir por la puerta e irse.
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—¡Dios, Bakugo! No estoy jugando. ¡Esto es importante! Vuelvo a preguntar. ¿Quieren que los descubran? Porque de ser así, ¡pueden irse de mi casa de una puta vez y dejar de meterme en peligro a MÍ! — Grité, ya fastidiada.
Estaba tratando de poner reglas en casa, ya teníamos unas, pero definitivamente faltan muchas más.
—¡Obvio no quere-! — Suspiró. — Akira, obvio no queremos que nos descubran, y ocupamos estar aquí, ¡pero quieres prácticamente controlarnos! No es justo. — Contestó Bakugo un poco más calmado.
—Kacchan... yo opino que está muy bien que ponga reglas. Es importante, ¿puedes entender?
—¡NO ME TRATES COMO UN NIÑO, DEKU! — Estaba a nada de explotarnos a todos, sus manos estaban soltando pequeñas explosiones.
—¿Deku? — Los miré confundida.
Shoto se acercó a mí y me susurró, mientras que Izuku y Bakugo discutían.
—Es una apodo que le puso Bakugo a Midoriya, igual que Kacchan, Midoriya se lo puso a Bakugo. — Sonrió.
