Cap. 27

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Cuando quieres tanto a alguien, a veces ese alguien se convierte en tu motor de vida, tu inspiración, tus alas. Y cuando te cortan un ala, no puedes volar como siempre lo habías hecho, o te cuesta mucho trabajo seguir adelante.

Esa tarde del 29 de noviembre, Hee recibió una llamada de su hermano, justo estaba terminando sus últimos detalles de la pintura que estaba haciendo, además de que esperaba a Jin para ir a comer juntos.

—  Dae Woon que bueno que llamas— atendió Hee la llamada, entusiasmada.

— Hee...— al otro lado de la línea se escuchaba un silencio y su hermano susurrando al teléfono.

— ¿Qué está ocurriendo, Woon?— Hee comenzaba a preocuparse.

— Te llamo para avisarte que...—  fue interrumpido por un grito que alcanzó a escucharse en la llamada: ¡Jae Dae Woon! Por tu bien espero que no le estés llamando a tu hermana ¿entendiste? ¡Ábreme la puerta o te la tiro!—  Lamento decirte esto así, pero por favor ven a la casa de la abuela, está muy mal, despídete de ella, apúrate.

Después de decirle eso, Dae Woon colgó. A Hee se le congeló el mundo por un instante que pareció ser una eternidad, hasta que tocaron a la puerta de su apartamento hizo que saliera de su momento de pánico, y dejó todo para abrir la puerta. Las lágrimas en cualquier momento comenzaronm a salir y ella no se dió cuenta, hasta que abrió la puerta encontrándose con Jin quien había cambiado su rostro por uno de preocupación.

— Bonita, ¿qué ocurre?

—  Jin, tengo que irme

—  ¿a donde?— él se adentró en el apartamento ycerró la puerta detrás de él

—  Tengo que ir a casa de mi abuela, ella está muy mal, me ha llamado Dae Woon, tratándo de avisarme, aunque le prohibieron que lo hiciera— Hee comenzaba a desesperarse, porqué quería salir corriendo de ahí

— Toma alguna de tus cosas y vámonos ya—  Dijo Jin

— ¿Qué me llevo?

— Llevate ropa para que te abrigues

Hee se metió a su habitación tomó su cargador, dos abrigos, uno más grande que el otro y tomó su mochila. 

— Nos vamos en mi coche, vámonos, cierra todo bien, apaga todo— Dijo él revisando la cocina asegurándose de que todo estuviera apagado

Tomó sus llaves del departamento y cerró todo bien, ambos bajaron en el elevador, Jin iba tomando la mano de Hee, quien tenía manos muy frías debido a la situación. Iban en silencio, porqué él no sabía que decir y no quería dar un paso en falso para hacer sentir mal a Hee.

Llegaron al estacionamiento, y ambos subieron al coche, y Jin comenzó a manejar, Hee quien iba en el asiento del copiloto, iba abrazada a sus piernas, viendo por la ventanilla. Cuando de pronto, su voz hizo ruido en el coche.

— En días pasados había hablado por teléfono con ella y la había escuchado muy cansada, pero ella me había dicho que todo estaba bien, que no había de que preocuparme. 

— Pero eso te dejó más inquieta, ¿verdad?— Jin mantenía la mirada al frente, estaban por salir de la cuidad y tomar camino al pueblo de su abuela, que estaba a un poco más de dos horas, por fortuna no era un momento donde hubiera mucho tráfico.

— Sí, yo sentía que algo andaba mal, incluso desde que vino, la veía que se esforzaba de más, pero confiaba en que ella me decía que estaba bien.

— Cuéntame como era tu abuela— Dijo Jin

— Sí yo te dijera, ella siempre ha confiado mucho en mí...

Touché! KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora