14 de Agosto de 1945

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El sol ya se había ocultado cuando el estadounidense abrió la puerta como loco al edificio de comando. México había estado revisando los reportes de sus tropas, pero Estados Unidos entró como huracán y siendo imposible de ignorar.

El rubio lo tomó, envolviéndolo en un abrazo que separó al mexicano del suelo. El moreno no estaba orgulloso de él pequeño sonido de sorpresa que dejó escapar cuando sus pies se separaron del suelo gracias al más alto.

—¡Está pasando!— dijo el estadounidense sin aliento.

—¿Qué pasó?— preguntó el más pequeño, poniendo sus manos en los anchos hombros del hombre que lo cargaba.

No lo había visto así en años. Lo había visto lleno de vigor y determinación, pero nunca irradiando felicidad y luz de esa manera. Había sido genial verlo luchar por justicia por primera vez en la vida. Y México sentía que estaba viendo al muchacho que había conocido hace tantos años.

Podía sentir un sonrojo comenzar a aparecer en sus mejillas. Estados Unidos nunca era más atractivo que cuando estaba realmente feliz. Si sus pies tocaran el suelo, esa bronceada y brillante cara haría temblar sus rodillas.

El rubio contestó con la sonrisa más grande posible en sus labios.

—¡Japón se acaba de rendir! ¡Gané! ¡Ganamos!

El corazón del mexicano comenzó a latir aún más rápido después de escucharlo. Había esperado tanto este día, por él, por Estados Unidos y por su hermanita con la cual finalmente se reunió de nuevo. Le había dicho a Filipinas que le daría libertad algún día y este día por fin cumplía su promesa. Décadas después de lo que hubiera deseado, pero la cumplió.

Se sintió sonreír de la misma manera que el estadounidense. Las puntas de sus pies por fin regresaron al suelo. Y dijo, manteniendo sus manos firmemente en los hombros del más alto:

—Bien hecho, Alfie. Realmente eres un héroe.

Estados Unidos puso su mano suavemente en la cara de México y acercó sus rostros. Luego, sin decir nada más, besó al moreno. Era inesperado, pero a México no le importó la fuerza con la que los labios del estadounidense se estrellaron contra los suyos.

Había pensado en hacer exactamente esto por meses, y parecía no haber mejor manera de celebrar la victoria. Se acercó aún más, dejándose envolver por completo en los brazos del americano.

Escuchó un ronroneo salir del estadounidense. Las manos que rodeaban a México lentamente se movieron a su espalda baja. Estados Unidos se separó del beso y el mexicano preguntó:

—¿Qué chingados fue eso?

Estados Unidos respiró profundo y contestó, tratando de calmar su respiración:

—Te necesito. Este es el mejor momento de mi vida y solo quiero tenerte a ti.

México sabía que debería de dudar, pero la sensación de victoria lo estaba intoxicando, y no quería cuestionar lo que sentía.

—Me puedes tener.
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Estados Unidos se sentó en la cama, moviendo sus piernas para levantarse. México se levantó un poco, apoyándose en su codo y preguntó: 

—¿A dónde vas? Ya es muy tarde.

El gringo lo había iniciado y de repente se quería escapar. Era irritante, el moreno estaba agotado y quería dormir. Estados Unidos se detuvo por un segundo antes de contestar.

—No debí haber hecho eso.

Eso era aún más frustrante. México suspiró y trató de hacer al estadounidense entrar en razón.

—Usualmente yo soy el que dice eso. ¿A qué te refieres?

El rubio cambió su peso, claramente nervioso, antes de contestar:

— Inglaterra todavía es mi novio.

México resistió el impulso de mencionar la ironía de Estados Unidos siendo infiel. En vez de eso contestó irritado:

—¿Y qué vas a hacer? ¿Le vas a hablar?

El más alto negó con la cabeza. Por lo que México continuó

—¿Pararte va a cambiar el hecho de que acabamos de cojer?

—No, pero-

—Entonces vuelve a la cama. Quiero que me abraces.

Estados Unidos lentamente se volvió a acomodar bajo las cobijas. México se le acurrucó, acomodando su cabeza en el pecho del más alto, cerrando los ojos.

Pero el estadounidense todavía no terminaba de hablar.

—No tienes idea de cuánto te he extrañado.

Terminó la frase dejando un pequeño beso en la frente del más pequeño. México decidió no decir nada. Pero el gringo continuó:

—Aún te amo tanto. Si Inglaterra toma esto de la manera que cualquier novio normal lo haría, no vamos a estar juntos por mucho más tiempo. ¿Te gustaría volver a salir conmigo?

El mexicano cerró sus ojos de nuevo y trató de pensar en una respuesta. Estados Unidos se había comportado de una manera mucho más respetuosa y cariñosa durante la guerra, muy parecido al hombre con el cual México se había enamorado hace años. Pero la pregunta aún lo había tomado por sorpresa y no tenía idea de qué decir.

— Vamos a dormir primero. Lo decidiré en la mañana.

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Notillas:
- México y Estados Unidos rompieron durante la revolución, Mexico desapareció porque andaba muy depre. USA lo medio bastante maltrató durante el Porfiriato

- el escuadrón 201 ayudó durante la Segunda Guerra Mundial, pelearon en las filipinas.

- Las filipinas es como una hermanita para Mex, ya que España se la dejó a cuidar a él durante la colonia

USMex a través de la historia. 🇺🇸x🇲🇽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora