Capítulo seis

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La salida del restaurante resultó ser un poco más caótica que la llegada.

Lo que para los jóvenes antes había sido un camino normal, gracias a fotos en redes sociales había pasado a ser un camino en el que esquivar móviles que eran puestos en sus caras sin ni siquiera decirles una palabra, cámaras y periodistas y fans que no aceptaban un no por respuesta a pesar de las prohibiciones de la seguridad del local.

Martina camina detrás de Unai con Ansu a sus espaldas, quien tiene su mano en el hombro de la cantante para no romper la cadena que han creado y poder llegar todos a la vez al autobús que les llevaría de vuelta a la Qatar University - lugar de residencia de la selección en el Mundial. Pese a la insistencia de la cantante de volver directamente a su hotel en taxi, Unai había conseguido convencerla para volver con ellos y él le acompañaría después de cambiarse a algo más cómodo.

La gente sigue intentando esquivar a los seguratas para llegar a ellos y la mano de Ansu abraza el hombro de Martina con más fuerza para evitar separarse. La joven ya puede ver todos los artículos de mañana hablando sobre la comida de la selección a la que ella también asistió y emparejándola con alguno de los jugadores - probablemente Ansu, dada la situación, quien pasaría a ser su segundo novio después de haberse terminado su relación con Miguel, ya que en los meses anteriores también había sido rumoreada una relación amorosa entre la cantante y el actor español Oscar Casas después de participar juntos en una campaña publicitaria para un perfume.

Una vez llegan a la residencia de los futbolistas, estos - a excepción de Unai y Pedri que parecen ocupados charlando entre si - se despiden de ella con un abrazo y dos besos y se dirigen a sus respectivas habitaciones para volver a vestir algo más cómodo, como lo es su chandal de la selección.

'¿Esperas aquí con Pedri? Lo que tarde en ir a la habitación y cambiarme y estoy,' le dice Unai a Martina antes de irse. 'No tardo nada.' 

'Si Unai te ha pedido que te quedes conmigo, de verdad que no hace falta,' habla Martina. 'No me importa sentarme aquí con el móvil a esperar a que vuelva.'  

'No me lo ha pedido Unai, me he ofrecido yo,' admite el futbolista y el comentario de esta mañana de Sira hace presencia en la mente de la cantante por unos segundos hasta que Pedri continua su frase. 'Tampoco tengo mucho más que hacer hasta la hora de la cena.'

Por ninguna razón en especial Martina no responde a las palabras del de Bajamar y se pone a investigar sus alrededores. Al igual que Las Rozas, este espacio también está personalizado entero para la estancia de la Roja en el mundial - con los característicos colores rojo y amarillo de la bandera española y el escudo de la Selección. Esquivando el círculo de sofás que hay en medio de la sala principal en la que se encuentran, Martina llega hasta una de las puertas que tiene un cartel rojo encima del marco. 

'Sala de juegos,' lee en voz alta. 

'Si quieres puedes -,' empieza a decir Pedri, pero Martina ya está abriendo la puerta. '- entrar.' 

'Joder,' la joven suelta un soplido de sorpresa y se gira a mirar al canario que le ha seguido hasta la sala de juegos. 'Es enorme. Ping pong, villar, la play... y ese juego que nunca he sabido cómo se llama,' Martina enumera todos los medios de entretenimiento que cruzan su mirada y Pedri suelta una leve carcajada. 

'También tenemos una sala de cine con proyector, que es donde vemos los partidos.'

'¿Y esto?' pregunta Martina, señalando a una lista enorme pegada en una de las paredes. En la lista se pueden leer los nombres de muchos de los jugadores convocados con la selección y otros nombres de gente que la joven no consigue reconocer. 

Oasis | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora