♡| Capítulo 3

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Hoy Hidan no salió de su habitación en todo el día. Creo que se peleó con Kakuzu. Ayer se gritaron, más que de costumbre; Kakuzu se negó a comprarle un regalo a Hidan por su cumpleaños y... Parece que eso no le gustó a Hidan.

Esto me recuerda lo que pasó unos años atrás...

Un ninja de no sé que aldea que estábamos atacando salvó a unos niños y les dijo una frase que nunca olvidaré.

«Esos monstruos no tienen sentimientos, no dejaré que arruinen vuestro cumpleaños. Seguro ni saben que es eso.»

Me enojé mucho ese día. ¿¡Qué se cree ese?! Yo olvidé lo que era un cumpleaños cuando me sumergí en la oscuridad, pero... Mi primer año en Akatsuki... Deidara-senpai e Itachi me hicieron una tarta... Y todos me desearon feliz cumpleaños...

Incluso lloré, menos mal que tenía mi máscara.

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—Tobi...

Cerró el libro de golpe, lo guardó de forma torpe y rápida y se giró para recibir a Hidan.

—Ey~, ¿quieres un apapacho~?

—Sí.

Esa no era la respuesta que esperaba. Parpadeó y adoptó una postura más seria. Fue hasta su compañero y lo arropó entre sus brazos, acarició su blanco cabello y dejó que las lágrimas del otro se derramaran en sus ropas.

—¿Qué pasó con Kakuzu?

—Nunca me gustó celebrar mi cumpleaños, solo celebro el día de Jashin-sama... Pero... Kakuzu una vez me dijo que yo era importante... —Obito sonrió suavemente al ver el ligero sonrojo del otro.— Así que pensé... Quiero una fiesta de cumpleaños... Pero ese tonto... ¡Ese avaro quiere más a su dinero que a mí!

Ahora lo entendía. Suspiró.

La imagen de su antiguo sensei Minato vino a su mente. Recordaba como el rubio ignoraba sus deberes de Hokage solo para que su amada mujer pasara un cumpleaños de cuento de hadas.

—Hidan... No soy Kakuzu pero... Feliz cumpleaños.

—Gracias Tobi...

Esa noche.

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Al final, hicimos una fiesta para Hidan. Había globos, una tarta enorme y símbolos de esos raros de Hidan.

Fue divertido, incluso ver como Hidan le lanzaba trozos de tarta a Kisame llamándole "infiel". ¡Já! Me reí como nunca me había reído en mi vida.

Unas horas más tarde, Kakuzu llegó a la cueva y le tiró una caja a Hidan. Juro por el sharingan que me queda que nunca le había visto tan sonrojado...

Esa caja era un regalo, se veía por el delicado papel que era un regalo caro. Muy caro. Resultó ser un anillo de diamantes.

«Si tú no estás a mi lado, ¿de qué me sirve tanto dinero?» Le dijo.

Fue algo muy... ¿lindo? Viniendo de Kakuzu, sí, era muy lindo.

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Suspiró.

—El amor... ¿Tanto puede cambiar una persona para hacer feliz a la persona amada? ¿Incluso los criminales?

Criminal | KakaObi → Escrito en 2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora