V- Insignificante

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Después de aquella pelea Loki y Thor no volvieron a hablar o verse.
El primero dejo de hacer sus visitas nocturnas al rubio y el segundo, simplemente parecía que no le importaba nada; asistía a clases, iba al trabajo y regresaba, todo sin emoción alguna. Su rostro parecía haberse convertido en una máscara, mostrando siempre la misma expresión solemne, como si el motivo de su alegría lo hubiera abandonado.

De esta misma manera pasaron 3 semanas completas sin saber nada del otro, hasta que cierto día...

*-*-*-*-*

Loki se encontraba saliendo de su última clase cuando escuchó a lo lejos que lo llamaban.

—Oye, Loki.

Al volver su mirada se dio cuenta que era Fandral.

—¿De casualidad sabes algo de Thor?

El pelinegro lo miró con curiosidad, no era común que sus pequeñas charlas fueran en torno al rubio.

—¿Por qué tendría que saberlo?— Preguntó con desinterés fingido.

—Bueno, creí que, porque son vecinos, lo habrías visto salir o algo.

El pelinegro se quedó en silencio, recordando todo su esfuerzo por eludirlo, incluso había perdido la cuenta de los días que llevaban sin verse.

—Solo, háblale por teléfono— Dijo volviendo a tomar su camino tratando de fingir indiferencia por el tema.

—Ya lo traté, pero no contesta.

Entonces Loki paró en seco su andar.

—Entonces... si es urgente lo que le quieres decir, le puedo dar tu recado— Era la excusa perfecta para verlo. Porque sí, aunque le costaba aceptarlo, incluso para sí mismo, la verdad era que le preocupaba y... lo extrañaba.

—Quería saber si podía hacerme el trabajo de sociedad y cultura para la siguiente semana, dile que le pagaré el doble de ser necesario.

Loki ya no contestó nada, pero volvió a caminar.

*-*-*-*-*-*-*

Cuando iba de camino a su edificio, recordó que días atrás lo había escuchado tosiendo un par de veces en la noche, así que llegó a una farmacia, solo por si acaso.

No era sorpresa que el elevador del edificio estuviera fuera de servicio, tendría que subir las escaleras, sin embargo, ese tramo le dio tiempo de pensar lo que haría y diría si el rubio insistía con el tema por el que terminaron en esa situación. Tenía que convencerlo de que, en su situación, era lo mejor.

Tocó un par de veces la puerta del 204 y esperó paciente, pero nadie abrió. 

Volvió a tocar con más fuerza esperando un par de minutos, pero de nuevo no hubo respuesta.

Sintió como iba perdiendo la paciencia así que sacó su teléfono y trató de marcarle un par de veces, incluso mandó un mensaje, pero nada sucedió.

—¡Bien, no abras!— Dijo molesto a la puerta del rubio, cerrando con fuerza la puerta de su apartamento.

Dejo caer la bolsa de medicamentos en la entrada y se quitó los zapatos mientras murmuraba cosas como —Y yo que me tome la molestia de preocuparme y comprarle medicamentos y el señor sigue con su berrinche.

Se acostó tratando de dormir, pero su molestia poco a poco se fue transformando en tristeza por haber sido rechazado de esa manera y las palabras del rubio resonaron en su cabeza.

"Contigo hasta el final, sin importar nada"

—Al final, tú también mentiste— Susurró tapándose hasta la cabeza quedándose dormido.

Hasta el final. (Thorki) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora