Dedicado a la Memoria de
Leonardo "Leo" Altamirano
2013 — 2023
5 años luchaste contra el Cáncer
5 Años fuiste un GuerreroTu Doctor Superman te extrañará mucho.
Ese amanecer, los hombres de Daltigoth despertaron con los cantos de los gallos. Se vistieron y comieron un frugal desayuno antes de tomar sus horcas, azadones, hoces y guadañas para salir a los campos.
El otoño estaba próximo y el festival de la cosecha no tardaría en iniciar. Motivo por el cual el pueblo de Daltigoth estaba bien ajetreado.
Las cosechas de cebada, trigo y maíz habían sido más productivas y abundantes gracias a las lluvias que habían reabastecido los pozos de agua excavados por los aldeanos. Una idea que sirvió mucho para las cosechas, pues los pozos de agua estaban acompañados de acueductos que funcionaban con las mismas corrientes del agua y molinos de viento que no dejaban de trabajar en esa parte del mundo.Daltigoth, de ser un simple pueblo más en el reino de Everya, acabo siendo, un paso de viajeros que se dirigían a la ciudad capital a 20 días por los caminos o a Port Revort a 12 días de camino por la cuadernas del sur.
A diferencia de lo que ocurría en otras poblaciones donde a cualquier forastero se lo consideraba un ladrón, un portador de enfermedades contagiosas, un asesino o un secuestrador de niños. (O todas las anteriores) Daltigoth era una villa muy distinta de otras de Edurnen; había sido fundada por refugiados que huían para salvar la vida de las guerrillas y que solo dejaron de correr cuando llegaron a esta zona. Al haber sido ellos mismos forasteros en el camino, daban un trato más afable a quienes llegaban de fuera, y esta actitud la heredaron sus descendientes. De este modo, Daltigoth se había ganado fama de ser refugio de parias, solitarios, trotamundos y aventureros.
Los lugareños eran amistosos y tolerantes... hasta cierto punto. Era sabido que la falta de ley y orden perjudicaba a los negocios, y Daltigoth, gracias a sus cosechas se había vuelto en una ciudad con buen ojo comercial.
Los hombres, se saludaron entre ellos, y comenzaron a avanzar a los campos, algunos a pie y otros en carretas o sobre alguna que otra mula.
Sin saber que eran vigilados.
Osias miro con frialdad el pueblo de Daltigoth. Había pasado por ese pueblo un par de veces. Solo lamentaba no volver a probar la excelente cerveza de la posada local. Empero, aunque la posada tampoco estaba mal. No era como otras posadas; en donde tenía que cuidar su espalda, hasta cuando se entraba al cuarto de putas.
—Bueno, podría comprar la posada si me lo propusiera –Murmuro, mientras su mano enguantada se cerraba en torno a la empuñadura de su espada.
Osias Hawksword era un Elohim peculiar. Un Ex-paladín que portaba con orgullo uno de los seis anillos del consejo: Nigredo. Cuya gema engarzada en bandas de estaño era negra, aunque no tanto como el corazón de su portador.
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Guerras de Edurnen
FantasyUn mundo fantástico, donde 4 Dioses conviven y protegen a su descendencia de una fuerza oscura y maligna exterior.