Capítulo 2

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Sonrío al mensaje y le respondo rápidamente.


-¿Por qué no me dejas ver tu número, Justin? Sí, estoy bien, gracias.


Al ver que no responde guardo el móvil y espero a Laura y Ana mientras me como mi barrita. Ellas salen a los segundos y se dirigen a mí. Justin nunca me envía SMS, nunca.


-Ana 2, ¿Cómo amaneciste hoy?- Me pregunta Laura, ruedo los ojos al oír "Ana 2" ¿Por qué tengo que ser Ana 2 y no Ana 1? Le saco la lengua, a lo que ella ríe, y no le respondo.


-Ana, ¿Qué tal con Alex?- Le pregunto a Ana que estaba callada y ponía muy mala cara, ¡Estaba pálida! ¡Mierda! ¡Vaya cagada!- Uy, lo siento... Ana, yo no sabía Uhm...-


-No pasa nada Ana, te ibas a enterar igual, hemos roto y el muy idiota e imbécil lo ha hecho por SMS's- La miro con los ojos como balones de playa, ¿Cómo es posible, con lo tiernos que eran? Por eso mismo no me fijo en ningún chico, en realidad no me fijo en ninguno porque, pues no lo sé la verdad.

A mí no me va lo de "Los "guapos" del instituto", si son guapos les sirve a ellos, a mí de que me sirve si son guapos pero unos egocéntricos que solamente hablan de ellos mismos, más adelante querré a alguna persona que realmente se preocupe por mí, por mi seguridad. Ya me he ido al Plante de Ana.


-Uhm, Ana, lo superarás, pero mira el lado bueno, ahora eres soltera, otra vez- le guiño un ojo para liberar tensiones entre las tres y ella me sonríe y las tres nos abrazamos, caminamos un poco por el alrededor del instituto y nos paramos delante de las rejas que limitan con la calle, había una persona totalmente vestida de negro y con gafas también negras y reconocí a esa persona, Ross, mi guardaespaldas, nunca lo veo porque es muy bueno con su trabajo y me vigila sin intimidarme, la verdad creo que cualquier chica hubiera odiado su vida solo por esta tontería, a mí no me importa porqué, sé que lo ha hecho mi padre para protegerme, ¿De qué? Eso sí que no lo sé. Cuando me vaya a la Universidad, ¿Qué hará mi padre? ¿Seguirme? ¿Y Justin? Ay, no.


Justin, Justin, suspiro hondo mientras mis amigas juegan con sus móviles y yo sigo con mi vista hacia Ross. Justin, ni siquiera mis amigas saben de su existencia. Suena el timbre demasiado fuerte para mi gusto, entramos las tres riendo de tonterías, sentarse, hacer clase, aburrimiento, trabajo, salida, despedida con las chicas y me subo al coche de Rick, deseando que sea Justin, pero no, no lo es. Él me saluda con una enorme sonrisa:


-Ana ¿Cómo estás?- Le sonrío de la misma manera y saco los auriculares y el iPod y escucho música, llegamos a casa y corro a ver a mi padre.


-Papi, papi, ¿Cómo estás?- le pregunto sonriendo.


-Bien niña, bien- Me da un beso en la mejilla y sube los labios para darme un beso en la frente... Uy no, esa zona... Aparto la cabeza.


-Uhm, papá, tengo muchos exámenes, será mejor que me vaya a estudiar- él asiente y me voy, me dirijo al jardín y juego con las flores, soy una chica sencilla, que se entrega a su destino, por algo está el destino, no todo lo tenemos que rechazar, somos demasiado caprichosos, debemos de aceptar ciertas cosas.


Después de dejar todo como estaba me marcho a cenar con: Ross, Rick y Rose, mis erres, y me lo paso súper bien con ellos, los siento de mi familia, sé que debería cenar con mi padre y ellos en la cocina porque son empleados pero yo no veo la diferencia entre ellos y nosotros y por eso comemos juntos.

Saving me every night- Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora