Capítulo 4: Enojo

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-Estás bien? Qué pasó ayer?

Seguramente su amiga estaba extrañada por su sonrisa brillante todo el tiempo y su actitud demasiado amable y risueña.

-Nada. Qué podría haber pasado?

-Bueno, no lo sé. Tal vez conociste a un chico.

Se quedó callada, el único signo de que aún respiraba era su bufanda que bajaba y subía junto a su pecho. Continuó con sus actividades.

Mad era una buena persona pero era como cualquier amiga. Bien podría tratarse de la chica que conoció cuando viajó a Manhattan, con la que hubo química al instante pero ninguna de las dos intentó mantener el contacto. No le contó a esa chica sobre Elliot, ni sobre Mathieu, y ahora que se lo planteaba, no se imaginaba contándole acerca de Dan.

Bien, tendría, entonces, que admitir que estaba un poquito enojada con Mad por haberla dejado abandonada durante la fiesta. No es que esperase que estuvieran juntas todo el tiempo, pero no estuvieron ni un sólo segundo en el mismo lugar dentro de la habitación. Ella sabía que era su primera fiesta pero no le importó, se largó con los primeros chicos que se le cruzaron dejándola a la buena y gracia del espíritu santo. Eso no era amigable, bondadoso y mucho menos empático.

Así que, sí. Ella estaba en todo su derecho de estar enojada con Mad. Y como castigo no le hablaría sobre Dan.

Si se hubiese quedado por lo menos un minuto junto a ella en la fiesta, tal vez hasta estaría pensando en presentárselo. Aunque ella y Dan no eran nada así que no tenía por qué presentárselo a nadie. Era triste pero cierto.

-Entonces eso es un sí?

-Tómalo como quieras.

Estaba segura de que Mad insistiría pero su hermano bajó como un muerto viviente por las escaleras, dándole la excusa perfecta de ocuparse en algo y evitar a Mad y sus interrogantes.

La cara de Elliot no era nada alentadora. Lucía bastante demacrado. Hannah bajó tras él y su cara no difería mucho.

-Qué les pasó a ustedes dos? Se fueron de "parranda" hasta las 6 de la mañana y no se dignaron en invitarnos?

-Hola, gorda.

-Buenos días, Dee. En realidad, podría apostar a que dormí más que tú pero ya que tu entusiasmo está por los cielos me atrevo a suponer que al menos tu noche fue mejor que la mía.

Entrecerró los ojos en dirección a Hannah, esta notó el gesto y comprendió que no debía hablar de la noche anterior. Hannah debió suponer que fue horrible por lo que desvió la conversación a la aburrida noche de Hannah McGarrel.

-Como te dije dormí más que tú, pero me levanté cada hora para llamar a casa del amigo de Elliot para comprobar que aún estuviese allí. Y si él no me contestaba... no lo dejaría salir más!

-Y básicamente, me acosté tarde, pero con Hannah interrumpiendo mi sueño a cada hora siento que no dormí nada. Ya sabes, como tú mismo me has explicado, cuando te cortan el sueño terminas más cansado que cuando duermes pocas horas.

No pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios al escuchar a su hermano decir "Ya sabes", ya no podría escuchar esa frase sin pensar en Dan.

Y no estaba segura de si eso era bueno o malo.

La noche de Elliot había ido bien. A ese muchacho le pones un buen video juego y lo mantienes feliz y en silencio.


Cuando llegó al colegio se decepcionó al no encontrarlo parado en la puerta esperándola. Aunque eso era pedir demasiado, por lo que no perdió las esperanzas de poder verlo. Siendo realistas, la situación que realmente esperaba que ocurriera era encontrarse en un pasillo y quedarse un momento conversando, y si eso no ocurría por lo menos un saludo con la mano desde la mesa que compartiera con sus amigos que, probablemente, esté del lado opuesto a la que ella ha estado compartiendo con Mad, por lo que se le haría un poco difícil verlo saludándola, pero al final lo vería y le devolvería el saludo. Y con suerte se le acercaría cuando terminaran las clases y le pediría su número.

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