𝐒𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐭𝐞 𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚

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Deseaba sentirlo cerca.

Su cuerpo descansa sobre las suaves sábanas de seda removiendose indeciso de sus pensamientos. Anhela llegar un poco más lejos en su relación, sentir aquellas manos recorrer su cuerpo sin pudor.

Hay fuego en su corazón, un sueño candencioso que se posa en él, el ambiente es cálido alrededor pero a la vez siente la frescura escurrirse por su cuerpo, dejar su alma entre las manos de su hombre y solo pertenecer ante él.

Su hombre tiene fuego, cada paso que da Guillermo parece que las brasas se mueven junto a él.

Lionel anhela fundirse en su calor.

Se levanta de la cama, despojándose de su ropa de manera lenta, un suave jadeo escapa por sus labios al sentir el roce de la seda descender por sus piernas.

Cubre su cuerpo con la sábana de su cama, meciendo suavemente sus caderas se dirige hasta la sala.

Ahí se encuentra él, sus rizos desordenados cayendo sobre su rostro, sus gafas deslizándose sobre el puente de su nariz. Las mangas de su camisa están arremangadas, sus dedos se escapan entre cada página del libro que se encuentra sobre sus manos.

— Memo. — Intenta que su voz no suene a un jadeo necesitado.

Siente la mirada penetrante de aquellos orbes cafés sobre su cuerpo, deja caer la tela que cubre su cuerpo, mostrándose desnudo ante él por primera vez.

Guillermo contempla el cuerpo de Lionel frente a él, su piel lechosa se ve suave al tacto, hay lunares que recorren algunas partes de su cuerpo que nunca había conocido.

— Si quieres que pare, solo dilo.— Guillermo acercó sus manos hasta la cadera del más joven.

Lionel se siente a desfallecer al sentir las cálidas manos sobre su cadera, es como una danza descoordinada que atraviesa su columna. Un jadeo de sorpresa se escapa de lo más profundo de su ser, siente como Guillermo lo coloca sobre su regazo sujetando sus muslos con firmeza.

Muerde sus labios desesperado, tratando de mitigar todo ruido en aquellas cuatro paredes. Sus labios se encuentran ansiosos en un baile desenfrenado de deseo, sus alientos mezclados desesperadamente en un acto tan carnal como lo es un beso.

Guillermo besaba lentamente cada parte de Lionel, aún cuando la urgencia de su ser desea tomar todo el control, mientras los ojos ajenos solo le piden más.

Es la primera vez que Memo hace el amor.

— Vamos a la cama. — Su voz sale entrecortada, solo recibe un gemido de aprobación.

Sujeta el cuerpo de Lionel por debajo de su trasero, sintiendo las suaves piernas rodear su cadera.

Las manos de Guillermo siguen recorriendo su cuerpo con devoción, siguiendo cada detalle que adorna la senda de sus músculos, desembocando en los lugares más oscuros de su deseo.

Sus besos descienden cada lugar que sus manos ya tocaron, escucha la melodiosa respiración de Lionel escapando entre gemidos y siente los dedos ajenos enredarse en su cabello

𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 [𝙼𝙴𝚂𝚂𝙸𝙲𝙷𝙾𝙰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora