El timbre comenzaba a sonar en la residencia de Yuta, por supuesto, este no estaba en casa, se encontraba junto a Mark, incluso se les unió su pareja, Haechan, por lo que todos estaban en el bar, intentando encontrar finalmente las respuestas que buscaba desde hace ya tanto tiempo: tenía que encontrar la ocasión ideal para poder regresar a los brazos de quien realmente amaba, aparte de tener la manera de darle las noticias al desagradable de Johnny. John, por lo anterior y por su actuar de señor y dueño de la casa de Yuta, fue a abrir, sorprendiéndose al toparse con una mirada bastante conocida.
-Vaya, me preguntaba si llegaría a verte de nuevo, ¿qué te trae por aquí Ten? -No dudó en dejarlo pasar, no creía que él le diera un mal rato, Yuta no estaba, y por supuesto, estaba en shock, por lo que un leve acercamiento del tailandés fue suficiente para que el americano se moviera a un lado.
-Qué hermoso que me recibas de esta manera, ¿así que te estás quedando por acá? Supe que es la casa de ese amante japonés que tenías.
-Bueno, parece que tienes muy buena memoria cuando te lo propones.
-Siempre me lo propongo, Youngho. -El chico se quitó el abrigo y se lo entregó a John, para que este lo guardara, el alto negó para sí mismo, su ex no había cambiado en nada. -Así que cuéntame, ¿cómo te ha ido con esta aventura? Pensé que extrañarías Chicago antes que nunca.
-Me ha ido bien, como puedes ver, ¿y a ti? Como para que vengas a visitarme hasta acá desde Chicago.
-No vine a verte, vine a ver a un buen amigo y me quedabas de paso, venía de ver a Kun en China, no te envía saludos pero le mandaré los tuyos para cuando vaya nuevamente. -Sentía que se estaba dejando llevar por sus verdaderos sentimientos, por lo que se acercó al americano una vez dejó en la entrada su abrigo.
Ten le sonrió y acarició un tanto su cabello, tratando de olvidar a lo que iba y darle esas miradas que en muchas ocasiones John le había admitido que fueron lo necesario para tenerlo atado a él, y parecía funcionar, el leve ceño fruncido que traía se fue yendo y dio paso a una sonrisa coqueta. De esa manera, con su plan en orden, lo guió hasta el sofá.
-Si no te conociera, diría que quisieras volver conmigo, pero como lo hago, sé que quizás buscas darnos un adiós. ¿No te han tratado como mereces y viniste por mí?
-Eres tan inteligente, Johnny, jamás podría ocultarte eso, me descubriste. -Fingiendo ser muy inocente se rió con dulzura, aunque el americano no podía estar más equivocado.
No pasó mucho como para que la conversación se hiciera más acalorada y el chico le dejara besos en el cuello al tailandés, ocasión que aprovechó Ten para poder tomar algunas fotos sin que el otro lo notara, se dejaba querer, la humillación de su divorcio no sería por nada.
Mientras en el apartamento de Doyoung, las cosas iban extrañas, Taeil nuevamente estaba con él, sólo que estaba decidido a dar el paso que necesitaba para culminar con todo.
-Taeil gracias por siempre apoyarme en todo esto, sé que no he estado de la mejor manera últimamente.
-No hay problema, creo que necesitabas a alguien que se preocupara por ti, yo no iba a ser quien te dejara solo.
Esas palabras dejaban pensativo a Doyoung, ya se había dado cuenta hace tiempo de lo que su amigo quería de él, en cierto punto creía que no era una mentira el que quisiera ayudarlo en un momento así, pero por otro lado, pareciera que sólo lo hacía porque le gustaba. Definitivamente a Doyoung no le gustaba, pero una parte de él, su cerebro, le decía que para dejar de sufrir sería la mejor idea entregarse y ya a Taeil, porque si no estaba con otra persona que sí se preocupara por él, no iba a poder superar a Yuta jamás. Pero es que lo anterior no era una opción tampoco, Ten le había comentado muchas cosas a Doyoung, ya que los días que se había quedado había notado que Taeil buscaba manipularlo, un amigo no hace eso, sobre todo cuando estás en una mala racha, una parte del chico quería encararlo y hacerle ver que lo quería lejos si iba a seguir así, ya que.... De haber alguien en quien podía confiar, ese era Ten.