15 de junio, 2943
—¿Qué te pasa? —giro mi cabeza hacia Clayton, que acaba de sentarse a mi lado.
Bebe un trago de agua y me acerca la botella. Niego con la cabeza en respuesta y la deja en el suelo.
—No me pasa nada —respondo a su pregunta, encogiéndome de hombros.
—Estás mal —afirma.
—Bueno —suelto una risa que no llega a ser nada divertida, más bien, cansada —. ¿Tú estás bien? —lo miro.
—Podría estar peor.
—Y podrías estar mejor.
—Pero las cosas son así.
—No Clay —niego con la cabeza y aparto la mirada —. Son así porque yo os puse en este lío, fui idiota.
—¿Qué dices?
—Es...
Es verdad, quiero decir. Pero las palabras no salen de mi boca. Supongo que no quiero decirlo en voz alta, por miedo.
Es una cosa que llevo pensando desde que salimos, y no he podido quitármelo de la cabeza.
—Ni se te ocurra pensar eso, Brielle. Tú nos salvaste.
Vuelvo a mirarlo cuando dice esa frase, ¿de verdad piensan esto?
—¿No estáis enfadados conmigo?
—¿Por qué tendríamos que estar enfadados?
—Porque de un día para otro os puse en este lío y...
—Y nos salvaste la vida —me corta, terminando la frase por mí —, ¿hubieras preferido que nos quedáramos sabiendo que iban a matarnos?
—¡Claro que no! —me apresuro a negar —pero había otras opciones, podría haber hablado con mi padre o...
—Brielle, nadie te echa la culpa porque todos queríamos salir. Ni siquiera se nos pasó por la cabeza la posibilidad de hablar con cualquiera de los jefes.
Asiento sin decir nada y en el rostro de Clayton aparece una de esas sonrisas que suele hacer cuando quiere tranquilizar a alguien. Una de esas sonrisas que logran hacerme creer que todo estará bien.
Me gusta hablar con Clayton, parece que siempre sabe qué decir en el momento adecuado.
—Gracias... —murmuro.
—No hay de qué, bonita, solo digo la verdad.
Le sonrío agradecida y aparto otra vez la mirada.
Ambos nos quedamos callados durante unos minutos, mirando a nada en concreto. El silencio no es incómodo, al contrario, el silencio con Clayton me tranquiliza.
Apoyo mi cabeza en su hombro y me permito respirar hondo, cerrando los ojos.
—Por cierto, Kaden quiere ir a buscar troncos para hacer una hoguera, ¿quieres ir con él? —Clay rompe el silencio después de lo que me parece una eternidad.
—Está bien.
—Y no discutáis —me señala en modo de advertencia.
—No pidas cosas que sabes que no se cumplirán —pongo los ojos en blanco.
Él se levanta sonriendo y me tiende la mano. Me ayuda a levantarme y empezamos a caminar hacia dónde están todos.
Clayton ha conseguido animarme un poco, me alegro de que esté aquí.
Me agacho hasta quedar en cuclillas cuando llego al lado de Nick. Él sube la mirada hasta encontrarse con mis ojos.
—¿Cómo vas? —le pregunto, poniendo una mano en su frente para comprobar que no tenga fiebre.
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Rayen #2
Ciencia FicciónYa han salido de Drytgar. Ahora tienen que enfrentarse al mundo exterior, algo que nunca han visto. ¿Será más peligroso que estar en la ciudad? ¿O conseguirán la ayuda que necesitan?