20 de junio, 2943
—Estoy sorprendido —murmura Kaden, con una pequeña sonrisa en el rostro.
—¿Creías que no sería capaz? —suelto sus manos y me cruzo de brazos encima suyo.
—No he dicho eso.
—Llevo ganándote ya varias veces, estoy empezando a superarte.
—¿Tú crees? —su sonrisa se ensancha y antes de poder reaccionar, él está encima mío. Sus manos agarran mis muñecas a ambos lados de mi cabeza y aunque forcejeo, no tengo la fuerza suficiente para soltarme —. Sigues bajando la guardia.
—Porque eres tú.
—¿Y eso qué quiere decir?
—Pues que bajo la guardia porque eres tú, sé que no me harás daño.
Durante unos segundos Kaden no responde, como si no se esperara lo que acabo de decir.
—Igualmente quiero estar seguro de que sabrás defenderte con alguien que sí sea capaz de hacerte daño.
—Lo sabré hacer.
—De momento no me lo estás demostrando.
Pongo los ojos en blanco y lo miro con mala cara.
—Te he ganado.
—Eso no es suficiente, princesa. Podría ganarte perfectamente —replica mientras se levanta de encima mío y me tiende la mano para ayudarme a levantarme también.
—Pero no lo haces —murmuro mientras nuestras manos se juntan.
—Porque no quiero, prefiero centrarme más en tu técnica que en tu fuerza.
—¿Y tengo buena técnica?
—Estás mejorando.
—Pero no tengo tanta fuerza —adivino.
—Eres buena con el arco —empieza —, eres buena en la técnica, tienes buenas estrategias y con las armas te defiendes bien. La fuerza es lo único que te falta.
—¿De verdad crees que soy buena en todas esas cosas?
—Pero te falta fuerza.
—Pero soy buena en todas esas cosas —sonrío satisfecha.
—Pero te falta fuerza.
—Pero puedo entrenarme —me encojo de hombros.
—Claro. Lo vas a hacer.
—Vale —lo miro —, ¿y tú qué tienes?
—¿Perdón?
—Lo que se te da bien —aclaro.
Parece que se lo piensa durante unos segundos y finalmente me mira divertido.
—Se me da bien ponerte nerviosa.
—Qué idiota.
—Un poco —sonríe.
—Y no me pones nerviosa —añado, a la defensiva.
—Claro que sí.
—No es verdad, se me da muy bien mantener la calma.
—Menos conmigo.
—Te lo crees mucho.
—Solo digo la verdad.
—Pues tu realidad está distorsionada.
—Cree lo que quieras preciosa, pero sí que consigo sacarte de tus casillas.
Vale, lo admito, puede que Kaden sea la única persona que consigue hacerme enfadar hasta el punto de perder la calma. Siempre he sido una persona que no se deja guiar por sus emociones y parece que cada vez que estoy con él, esa parte de mí desaparece. Aún estoy intentando decidir si eso me gusta o no.
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Rayen #2
Science-FictionYa han salido de Drytgar. Ahora tienen que enfrentarse al mundo exterior, algo que nunca han visto. ¿Será más peligroso que estar en la ciudad? ¿O conseguirán la ayuda que necesitan?