[IX] purgatorio

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A pesar de ser una cuidad pequeña, Semyeong estaba plagado de dinero y era una de las ciudades mas ricas del estado, por lo mismo era bien conocida por el apodo "hermano menor", ya que era la primera ciudad en probar cualquier producto recién salido al mercado. No había cuidad que lo hiciera antes. También era reconocida por su extensa tradición en cultivo de ciruelas; la ciruela más grande, la mas jugosa, la más dulce, ellos habían ganado todos esos premios.

Por eso no fue de extrañeza para la cuidad, toparse con la salida de una nueva marca de ciruelas. De hecho hubo más emoción que ningún otro sentimiento ya que la mayoría de productos creados en la cuidad no solían salir de ahí, todo para asegurar el turismo. Estas ciruelas serían otra historia; su creador era oriundo de la cuidad y planeaba llevar esas ciruelas hasta otros piases, pero claramente tendría que atravesar el gusto critico de toda la ciudad primero.

Con esta información dada ¿no notas algo fuera de lugar? 

Yo lo hago. De todos los lugares, de todas esas opciones ¿por qué elegirías destruir a tu propia cuidad? ¿por qué querrías ver al lugar que te vio crecer hecho trizas?

Tal vez te sentiste traicionado alguna vez, o quizá jamás te sentiste parte de ese lugar. 

La fórmula fue extrañamente funcional. Cualquiera que la mordiera, la ingiriera o simplemente la oliera sería capaz de desatar, en ciertas medidas, su yo deshumanizado, aquel que busca sangre de quien sea para proclamarse el rey de todo.

Sus efectos variaban y dependían de la cantidad de feromonas que ingirieras de la fruta y así mismo, el tiempo de reacción. Si ingerías una o más de este jugoso fruto, te convertirías en una bestia sin pies ni cabeza en un par de horas y el efecto duraba dos o tres días aproximadamente. En caso de solo conseguir una mísera mordida de la ciruela, los efectos aparecerían en unas 5 o 6 horas y estos mismos desaparecerían en las próximas 24 horas, esta opción te convertía en una bestia más dócil pero no débil. Sin embargo, al solo oler una pequeña cantidad de feromonas, el efecto se daba en minutos y se convertía en una extraña sensación de valentía.

Ninguna persona en el pueblo sabía de aquello, solamente el extraño creador bajo el seudónimo de Viper.

Pov Enid  

Llevábamos al menos 10 minutos trotando (casi corriendo) por todo el bosque, algo nos había comenzado a asechar y mi temor de morir joven se instaló de manera oportuna en ese momento, dejándome tomar las riendas de la situación, eso y el olor asqueroso a ciruela. 

— Mer- Merlina.. — Intentaba recuperar el oxigeno lo más pronto posible para poder hablar — Si morimos aquí-

Fui cortada rápidamente por la voz rasposa de la gótica, algo malditamente atractivo y claramente no se lo mencionaré — No hables de eso — Se escuchaba débil pero aún así no dejó de correr — Vamos a sobrevivir.

Y aunque para mi eso parecía una total mentira, con la voz de Merlina todo comenzaba a verse claro para nuestro futuro. 

Yo dejé de ver el camino por observarla a ella. Su rostro se veía enfadado con la situación, el entrecejo fruncido, sus labios estaban siendo débilmente atacados por sus propios dientes, y una gruesa línea de sudor bajo desde su frente hasta el inicio del cuello; demasiado atractiva para solo estar huyendo de la muerte. 

Algo hizo que su ceño fruncido se deshiciera y en su lugar trajo una mueca de pánico. Sin esperarlo (nuevamente) ella me tacleo como la primera vez que nos reencontramos después de años. Un puñado de arbustos aliviano nuestra caída y otros más nos mantuvieron ocultas de esas cosas.

Fueron segundos antes de que ella se sentara a mi lado, su respiración tan pesada como la mía, pero con jadeos más audibles que los míos. Ambas estábamos agotadas de esta aterradora carrera.

plum // wenclair au [f]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora