El Legado Entre La Arena [ Al-Haitham x Kaveh ]

🍀 Capítulo 4 🍀

El doctor de la Farmacia Bubu, Baizhu, resultó confirmarles a ambos lo que Agnidev les había dicho antes, no había fractura ni lesión, y lo más probable es que simplemente fuera por el cambio repentino de clima, y le recomendó no forzar su cuerpo a actividad física por unos cuantos días hasta que se acostumbrara al ambiente del puerto, o ya mejor idea era descansar el resto del tiempo que se mantuvieran en Liyue, una solución que ambos amigos tuvieron que aceptar, siendo Al-Haitham el más reacio a eso porque aún no creía que esa repentina pérdida de fuerza que presentó Kaveh fuera simple y llanamente por alguna clase de golpe de calor.

Pero como le prometió al mismo Kaveh tuvo que aceptar las palabras de Baizhu por más que no estuviera convencido, prometió ser él quien se encargara de hacer que el rubio descansara todo lo que se necesitara hasta que volviera a estar en condiciones para la actividad física, cosa de la que Kaveh bromeó por la preocupación mostrada por Al-Haitham por su salud, algo entre amigos, ya que apreciaba bastante que en el fondo le importara lo suficiente para querer ayudarlo.

A penas estaba comenzando el día, así que en la mente del menor presente podrían aprovechar el tiempo para ir a comer y luego ir a comprar algunos recuerdos, eso no forzaría tanto el cuerpo de Kaveh y aún así podrían pasar un buen rato, que era lo que sus padres querían que hicieran en ese viaje.

Había escuchado que de camino a los muelle vendrían objetos tradicionales de festivales en Liyue, y que bajando por los muelles mismos había algunas tiendas más, conociendo a Kaveh lo que más querrá ver son diseños comunes de la nación, algo que no sería muy difícil de conseguir y...

Ya había bajado una buena cantidad de escalones cuando miró hacia uno de sus lados, notando que Kaveh no estaba caminando junto a él, cosa que lo hizo detenerse y al segundo mirar hacia arriba, notando que este ni siquiera había empezado a bajar las escaleras a su par, y en cambio seguía encima de estas, pero por la expresión que tenía ahora, una que sinceramente podría ser una de mareo, intuyó que fue por razón justificada el por qué de no haber empezado a bajar.

–¿Qué pasa, Kaveh?–preguntó Al-Haitham volviendo a subir las escaleras para ir con él.

–No es...nada...yo...–Kaveh juntó las manos temblorosas contra su pecho.

El arquitecto no podría ser más obvio en ese momento, al menos para Al-Haitham, y es que todo su cuerpo estaba tenso, parecía que tenía miedo o algo así, como si temiera empezar a bajar las escaleras por algo que había visto, aunque terminó confesando que no era por algo que vió, sino en cambio por algo que sintió.

–Siento que me voy a caer...

Al-Haitham se le quedó viendo un momento a Kaveh antes de mirar hacia abajo, sí eran muchas escaleras pero antes cuando subieron no hubo problema, estuvo a punto de decir que estaba exagerando, pero entones vio mejor a Kaveh...vio que estaba pálido y temblaba cual papel al viento, como si enserio temiera caerse por dar un mal paso.

–¿Estás mareado?–preguntó Al-Haitham con ese primer pensamiento corriendo por su mente.

–No estoy mareado, pero siento que no puedo bajar...–dijo Kaveh con la voz temblorosa solo por la vista en bajada de esas escaleras.

–...ven, yo te ayudo...–dijo Al-Haitham haciendo un ademán para que no se moviera.

El menor subió de nuevo las escaleras para poder ayudar a bajar a Kaveh las escaleras, y levantándolo en sus brazos fue que empezaron a bajar las escaleras juntos.

En cualquier otra circunstancia, el mayor de los dos se hubiera quejado sobre la posición, pero no fue así ahora, en ese momento parecía que la fuerza se le había ido del cuerpo y prefirió recibir ayuda que correr el riesgo de caerse, así que no se quejó ni siquiera cuando llegaron al pie de las escaleras, solo apoyó la cabeza del pecho del escribano, y este, entendiendo que aún no estaba en condición de moverse, solo lo afirmó en sus brazos y siguió caminando hacia el hogar de Conrad mientras trataba de pensar en lo que podría estar provocando que el de ojos rojos estuviera perdiendo fuerza de tal forma.

Agni no había dado con alguna fractura o lesión, el doctor de esa farmacia tampoco pero se tomó el tiempo de tratar de localizar una posible enfermedad, aunque tampoco dió con nada.

Pero si algo tenía presente Al-Haitham en su cabeza es que por nada Kaveh no estaría así, él siempre había sido alguien fuerte incluso cuando no estaba en condiciones de serlo, y ahora, de la nada, de un día para el otro, parecía que su cuerpo simplemente no podía con su propio peso.

Todo esto no era normal...y eso le preocupaba mucho...

Aunque fuera por su cuenta, necesitaba averiguar pronto lo que le estaba pasando a Kaveh.