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Alex.

Después de entrar y cerrar la puerta de su habitación, tengo a Lena bajo mi cuerpo en la cama ya semi desnuda, me siento en sus piernas y la levanto para besarla más cómodamente. Levanto los brazos para ayudarla a quitarme la camisa y gimo bajando las copas de mi sostén para que alcanzará mis pezones.

—Quítate estos, por favor. —susurra contra mi pecho, enganchando un dedo en mi pantalón.

Me lavanto lentamente y me quedo a un lado de la cama, desabrocho mi pantalón y los dejo caer. Vestida con mi Calvin Klein, me quedo ahí de pie mirándola. Sus ojos recorren mi cuerpo y se fijan en el bulto entre mis piernas, su mirada nunca se desvía de mi ni cuando empieza a quitarse su ropa interior, primero el sostén y luego las bragas, sin darme tiempo de apreciarla desde mi posición al gatear más hacia mi.

Su depredadora mirada es algo que nunca voy a superar y no calma mis nervios, Lena se acerca al borde, a mi cuerpo y descansa en sus pantorrillas. Sube la mirada de mi bulto a mis ojos y se conectan. No digo nada cuando tomo su mandíbula para mantener su hermoso rostro en dirección al mío. Se mueve ligeramente y mis dedos quedan en sus labios, sin decir una palabra toma mi pulgar entre sus dientes, su lengua mojada acaricia mi piel.

Sus ojos esmeralda se oscurecen, su cabello negro desordenado acaricia sus hombros y su pecho desnudo, y sus hermosos labio esclavizan mi pulgar. Lena succiona más de mi pulgar en su boca, llenándolo de su calor y humedad, y no puedo hacer más que gruñir y ponerme más dura con su erotismo. Manteniendo sus ojos en los míos, sus labios y lengua continúan dándole atención a mi pulgar, dejándolo deslizarse fácilmente entre sus labios. Con un pequeño sonido lo libera y continúa mirándome de manera inocente. Mi pene se tensa con su imagen del momento, todo lo que quiero hacer es enterrarme dentro de ella.

Con una de sus manos comienza a masajear mi erección por encima de mi bóxer, la otra la desliza entre mis piernas para acariciarme la cara interna del muslo. Cuando mis ojos se cierran e intento tragar mis nervios, siento suaves labios besándome el estómago como si fuera mi boca, usando la lengua y succionando la piel tiernamente. Gemimos juntas cuando sus manos se meten bajo mi bóxer y acoge el grosor de mi pene desnudo.

Pronto reconozco que Lena esta empezando a bajar mi bóxer con su boca mientras continúa masturbandome, y la empujó. Con una mano firme en su hombro, la empujó devuelta a la cama, lejos de mi. Casi me disculpo por la rudeza de mis acciones pero solo avivó su fuego todavía más, ella gimió. Lena gimió al empujarla y se mordió el labio inferior.

—¿Que quieres, Lena? —preguntó suavemente, notando que no ha hecho ningún movimiento para acercarse a mi, pero sus ojos están fijos en mi pene cubierto.

—A ti. —responde igual de suave, su propia mano deslizándose entre sus piernas y gimiendo ante el contacto. Me pongo celosa de la mano que la está tocando y yo también gimo. Con un rudo agarre a sus tobillos, la atraigo hacia mí y no soy lo suficientemente rápida para hacer lo que intentaba. Mi lengua de una lamida a su sexo antes de que ella empuje, su dulce sabor enciende las papilas en mi lengua y me desespero por probar más. Con ligera prisa, Lena se pone en sus rodillas otra vez, con seguridad chupa mi miembro por encima de la prenda una vez y se aleja. —Tu primero.

Todavía me petrifica que me vea, aunque sé que no debería, quiero negarme pero sé que no puedo. Necesito su atención, necesito sus manos y su boca en mi como yo lo hago con ella, necesito su lengua tocandome donde soy más sensible y necesito el calor de su boca.

Pero me alejo de ella.

Camino hacia una esquina de su habitación donde veo colgadas algunas de sus bufandas para invierno y me envuelvo una alrededor de una mano. Un lejano llamado de mi nombre me fuerza a regresar a la cama y una hermosa y desnuda Lena sigue ahí, con desesperados y confundidos ojos verdes mirándome, sin notar la prenda que tomé.

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