Capítulo II

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CASSIE.

Seguía sin poder asimilar lo que estaba pasando. No pensé que de todas las personas con las que podría salir mi madre, terminara siendo uno de los mejores empresarios de la ciudad.

Esta vez había enloquecido por completo. Mi madre era hermosa y no aparentaba la edad, pero literalmente estaba saliendo con un hombre que parecía mi hermano mayor o algo así. Ni siquiera quería pensar en eso.

Sentí la mirada de mi madre sobre mí y pensé que estaría molesta por haber sido tan irrespetuosa. Sin embargo, estaba con una media sonrisa y muy calmada con la situación.

—Tranquila, solo bromea—dijo sin darle mucha importancia, pero yo no podía simplemente estar tranquila. Estaba molesta de que no me callara la boca ante él y que tampoco me contara de su nueva relación.

—¿Es en serio mamá?—la miré molesta y a la vez aturdida. Había pasado muy poco tiempo de su relación anterior y sentía que aún no estaba lista para una nueva.

—Sabes que no puedes juzgar mis decisiones, ni con quien salga y de lo que haga— me indicó con advertencia. Tenía razón y yo sabía que no podía meterme en lo que hiciera y no la juzgaba, solo me preocupaba.

—Lo sé mamá, solo pienso que es algo pronto para que intentes una nueva relación. Apenas pasó lo de Dave— este individuo fue el último novio que tuvo y recuerdo cómo le afectó que la dejara. La dejó por trabajo, ya que se iría a otra ciudad y no quería una relación a distancia el muy idiota.

—Eso fue hace tres meses, ya ni siquiera lo recuerdo—respondió en un tono despreocupado y resoplando como si no hubiera pasado llorando toda la noche cuando el día que la dejó.

La miré perpleja al ver lo poco que le importaba el hecho de que era muy poco tiempo para volver a intentar una relación estable y formal.

—¿Y cuánto llevas saliendo con él?— me resigne un poco. Estaba segura que apenas serían unas cuantas semanas, no podrían llevar mucho.

—Lo conocí cuando Dave me dejó, llegó como un ángel a salvarme y han sido los mejores meses de mi vida—suspiró y se sonrojo haciéndome poner los ojos en blanco— Jamás me había sentido tan tranquila en una relación, me hace sentir valiosa e importante. Es simplemente el hombre que había estado esperando.

Ella tendía a enamorarse con facilidad, cualquier hombre que la tratará bien, ella quedaba rendida a sus pies. No importaba que tan apuesto o poco agraciado, alto o bajo, abierto o tímido, y ahora ni siquiera la edad. Solo bastaba que fueran espléndidos y ella quedaba perdida ante ellos.

Tal vez por eso me costaba sentir algo real por alguien, porque me daba miedo ser como mi madre. Ser tan vulnerable con una persona, que te pierdes a ti mismo y al final cuando te desechan sufres demasiado.

—Bien, tú sabes lo que haces, yo no interferiré —me rendí finalmente y ahora solo tenía que esperar hasta que él la botara y estar para ella una vez más.

Igual no me daba buena espina, no parecía que mi madre fuera su tipo y no porque mi madre no fuera una mujer atractiva o interesante, sino que estaban en etapas diferentes. Él ya debería estar buscando formar una familia y mi madre buscaba alguien que le hiciera compañía.

—Tienes que conocerlo más, es muy agradable. Hasta pregunta por ti y le interesa conocerte.

Lo último me tomó por sorpresa, no es que no haya conocido a sus otros novios, pero realmente a ninguno le importaba mi existencia y por lo general me evitaban cuando estaban en la casa. Algo que no me molestaba en lo absoluto y me extrañaba que por primera vez uno quisiera conocerme.

Colapsados (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora