𝓣𝓻𝓮𝓼

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Dios, han sido dos malditas semanas de pura tortura

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Dios, han sido dos malditas semanas de pura tortura. Todos los malditos días, encuentro una excusa para salir de casa cuando ella está cerca, incluso si es solo para tirar un emboltorio en la basura y echar un vistazo de camino a mi auto antes de dirigirme a la oficina, que desafortunadamente ha sido mucho más a menudo que preferiría. Es patético. El trabajo es para lo que vivo y, sin embargo, ahora parece una tarea que no tiene sentido porque no tengo intención de ceder a este anhelo enfermizo por mi vecina pecaminosa y demasiado joven.

Joder, incluso he dejado suelto a Félix una o dos veces solo para tener una razón para perseguirlo en medio de la noche con la esperanza de saludarla. Después del espectáculo de la ventana abierta, es como si estuviera destinado a destruir mi control. Frote mi polla hasta el cansancio en las últimas dos semanas como si mi vida dependiera de ello.

Luego estaba esa cena horrible e incomoda con su madre. Curiosamente, ella nunca mencionó el incidente de la ventana, como si no hubiera sucedido. Tal vez estaba demasiado sorprendida de que me masturbara frente a ella como un pervertido. O solo los problemas en su familia la tenían muy agobiada. Afortunadamente, no he hablado con ellos desde nuestro primer encuentro y solo los vi de pasada un par de veces después de sus mini vacaciones. Pero parecía que todo iba bien. Así que no encontré razones para meterme en lo que no me importa. Me concentré en el trabajo, tal vez si eso consumía todo mi tiempo dajaria de desear a mi vecina.

Adulta o no, Hinata es joven y no está lista para lo que tengo en mente para ella. Si supieran que quiero hacerle, apuesto a que ya no me encontraría atractivo. Me pregunto si si solo está tratando de vengarse de sus padres jugando de un hombre mayor, con la esperanza de asustarlos o llamar si atención. Esa puede ser una posibilidad razonable.

Es otra mañana maravillosamente soleada de verano cuando salgo de la casa de mi madre para ir al trabajo. Últimamente prefiero quedarme aquí y vigilar a mi otro gatito que ganar otro dólar. Aún así, sé que es mejor solo verla a la distancia. Estoy casi en mi auto en el camino de entrada cuando veo a su padre parado afuera de su auto, cargando maletas. ¿Qué carajo? ¿No acaban de regresar de su viaje?

"Hola, Uzumaki", grita.
Cierro la distancia entre los dos caminos de entrada a pesar de que quiero mantener mi distancia de él.

"Buenos días, señor Hyuga. ¿Otro viaje?" pregunto, mirando su equipaje. No es que no me alegro de verlo partir, pero por favor, que no me diga que mi dulce tortura se irá con ellos.

"Mi esposa y yo decidimos que saldremos de vacaciones durante el próximo mes", dice con una sonrisa de oreja a oreja. Apuesto a que será todo un festival de sexo y trato de no imaginármelo.

"¿En serio? ¿Tu hija no va contigo?" cuestiono, con la esperanza de no sonar preocupado o como un depredador al acechó, esperando que ella esté completamente sola.

"No, ella es una adulta. Además, se irá a la universidad pronto, así que queremos que desarrollé un poco de independencia" Se inclina y agrega: "Y este no es el tipo de vacaciones a las que llevas a tus hijos si sabes a lo que me refiero". Guiña un ojo, se endereza y cierra el maletero. Estoy tratando de no imaginarlo, así que dejo que Hinata aparezca en mis pensamientos.

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