Capítulo Ocho

46 8 0
                                    

—El servicio está formado solo por mujeres y donceles.

En el interior de la biblioteca de Townsend Park, Kyu se apoyó en la larga mesa sobre la que había esparcido todas sus notas sobre la colección de estatuas. A pesar de que había intentado concentrarse en las figuras de mármol —lo único de aquella casa que creía comprender— después de la cena, desistió al cabo de unos minutos, demasiado intrigado por el secreto de aquel lugar. Y por su dueño.

Changmin alzó la mirada del libro, impasible.

—Sí.

—Ya lo sabías.

—Sí.

Kyu arqueó las cejas.

—¿Has pensado que yo no debía saberlo?

Changmin se encogió de hombros.

—Estaba esperando a ver cuánto tiempo tardabas en darte cuenta.

—No mucho.

—No es que lo oculten demasiado bien.

—No. ¿Te has fijado en el lacayo que nos sirvió la cena?

—¿Te refieres a si he notado que tenía pechos?

Kyu le miró con diversión.

—No deberías fijarte en esas partes del cuerpo de los miembros del servicio, Changmin.

Kyuhyun se acercó a la ventana y contempló la oscuridad. Seguía cayendo una lluvia torrencial.

—¿Por qué tendrá la casa llena de chicos?

Changmin dejó el libro a un lado, se reclinó en el respaldo y miró al techo.

—No existe una respuesta lógica a esa pregunta.

—Aunque hace solo dos días que conozco a lordy Sungmin, «lógica» no es una palabra que asociaría con él. —Se volvió hacia su amigo—. ¿Será algún tipo de escuela? ¿Una academia para señoritas y jovencitos?

Changmin meneó la cabeza.

—No habría razón para ocultarlo. Tanto secretismo hace pensar que quizá se trate de algo ilegal.

La idea le dejó mal sabor de boca.

—Lo dudo mucho.

—Si está haciendo algo ilegal, acabará pagándolo su hermano —apuntó Changmin—. Londres jamás le aceptará si tanto su padre como su hermano están involucrados en actividades de dudosa moralidad.

Kyu valoró las posibilidades.

—Lordy Sungmin no tiene dinero. Si es un alcahuete no es demasiado bueno. —Hizo una pausa—.¿Crees que nos encontramos en un burdel?

—No hay burdeles sin varones.

Kyu pensó un buen rato.

—Quizá sea alguna clase de harén. Para el conde.

Changmin le lanzó una mirada de incredulidad.

—¿Crees de verdad que si el Condinnoble hubiera tenido un harén no lo habría pregonado a los cuatro vientos?

La idea era absurda, por supuesto.

—No, claro que no. Pero ¿qué demonios es este lugar? Está claro que no hay ningún varón por alguna razón.

Max se incorporó en la silla.

—Dime ¿hoy te ocurrio algo interesante?

—No

—Sabes que se cuando mientes.

—¿Sí?...

—Kyu..

📖DIEZ LECCIONES |KyuMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora