Capítulo cuatro

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Todos estaban entrando a lo que por fuera se veía una casa cualquiera de esa zona, grande y con un patio enorme y precioso, pero dentro había tantas personas por distintos motivos, igual de turbios que daban ganas de hacer explotar el lugar.

Taehyung y Jungkook iban juntos, el castaño colgado del brazo del azabache mientras sonreía soberbiamente a los demás.

- chicos –ambos escucharon la voz de Jimin por el audífono— la mayoría de las mujeres y donceles aquí están drogados.

Ambos escuchaban con atención, ambos cuidando la espalda del otro, mientras caminaban escuchaban como Jimin les explicaba que las bebidas rojas eran las que contenían las drogas, al parecer la mayoría de las mujeres y donceles de ahí, no estaban por voluntad propia.

Taehyung cerró los ojos un momento, analizando el horrible lugar en donde se encontraba, en el horrible lugar en el que podría estar su hijo. Lo había olvidado, había olvidado lo horrible que era el mundo, había podido escapar de eso durante casi seis años, y tenerlo frente a sus ojos era, simplemente horrible.

- no te alejes de mi –escucho que susurro el hombre a su lado, él solo se limitó a asentir –

Por su parte, Jungkook estaba tan preocupado como furioso, había muchos hombres de diferentes edades que han visto a Taehyung de pies a cabeza, carajo, si tan solo pudiera hacerlo, él mismo se encargaría de arrancarles los ojos a cada uno de ellos.

Su atención se vio dirigida al castaño en cuanto sintió que este le tomaba el brazo con mucha más fuerza, abrazándolo y pegándole más a él por un acto de reflejo. Levanto su vista para ver donde estaba puesta la atención del contrario, entrecerrando los ojos cuando vieron cómo se llevaban casi a rastras a un chico atrás de unas cortinas. Tienen que entrar ahí.

La atención de Jungkook se vio nuevamente apresada con Taehyung, quien parecía estar conteniéndose de no correr hacia ese lugar.

- Taehyung –Jungkook se vio en la obligación de presionar su mano con fuerza para que la atención del castaño fuera hacia él, cuando lo consiguió, sobo el lugar afectado— tranquilízate, sabes que no puedes estar así.

- viste como se lo llevaban, Jungkook, si mi hijo está ahí yo...

- yo –interrumpió— me encargare de sacarle los ojos, y cortarle las manos a quien sea que le haya puesto una mano en cima a nuestro pequeño, pero necesito que te calmes, ¿ok? Por favor.

Taehyung respiro hondo y asintió, ambos continuaron caminando, desviando su vista un segundo para ubicar a sus amigos a lo lejos, cada uno haciendo un trabajo correspondiente

El miedo carcomía a ambos padres por dentro, pero no se dejaron consumir por él, cuando ambos eran un equipo hace años, siempre pudieron trabajar juntos sin ningún problema, se complementaban de la mejor manera, siempre cuidando la espalda del otro, siempre protegiendo la vida del otro.

- caballeros –Taehyung llevo su vista hacia el hombre que les había hablado, parecía tener unos cincuenta años aproximadamente, que asco— señor –se dirigió a Jungkook— pido una disculpa, pero no puedo evitar venir a alagar tal belleza que tiene como acompañante.

El señor no tuvo pudor en observar a Taehyung de pies a cabeza mientras mordía descaradamente su labio.

- ¿Cuál sería el valor?

- ¿disculpe? –pregunto Jungkook con el ceño fruncido, llevando su brazo a la cintura del castaño—

- oh vamos, entre hombres debemos ser compartidos, estoy dispuesto a pagarte lo que quieras porque me lo prestes unas horas ¿Qué dices?

Por él, por ti, por nosotros. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora