extra

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Los días fueron complicados, algunos mejores que otros. Taehyung ponía de su parte, pero había días que simplemente todo podía más que él, Jungkook perdió la cuenta de cuantas veces el castaño se despertó gritando, no reconociéndole, implorándole que no le hiciera daño.




- ¡Tae por favor cálmate!

- ¡NO! ¡no me toques! ¡no me toques! ¡no me toques!

- ¡Tae! ¡por favor!


Realmente se volvió algo muy difícil para la salud mental de Jungkook, muchas veces fue demasiado para él, tener que convencerlo de que no le haría daño, tener que asegurarle de rodillas que Seojoon estaba muerto y que no lo volvería a ver jamás, tener que contenerlo con sus brazos mientras Taehyung trataba de herirse a sí mismo.

Realmente fue difícil.




- ¡es inútil! ¡es estúpido siquiera intentarlo!

- amor por favor... no digas eso, ya verás que...

Jungkook callo y tuvo que esquivar con rapidez el jarrón que fue lanzado hacia su cuerpo, rompiéndose contra la pared con violencia. Aun sorprendido, volteo a ver a un Taehyung sosteniéndose con fuerza de la mesa de noche, lo veía con odio, el corazón de Jungkook a veces realmente quería un descanso.

- ¡Taehyung! ¡¿Qué crees que haces?! –dijo, acercándose, tratando de tomarlo del brazo, pero el contrario le dio un manotazo— ¡¿Qué hubiera pasado si Jiho hubiera estado en casa?! ¡se hubiera asustado Taehyung!

Los ojos del castaño estaban llenos de lágrimas y desesperación, quería que todo acabara, quería irse, era un idiota, un inútil, no pudo dar ni tres pasos antes de caer y sentir sus piernas perder la fuerza ¿de que servía intentarlo? ¿de que servía siquiera tener esperanzas? En pocas semanas con suerte a logrado moverlas un poco.

No quería seguir intentándolo, quería morir, quería desaparecer, era un inútil, un inservible, no era nada más que un estorbo.

- Taehyung te estoy hablando, me acabas de arrojar un maldito jarrón, ¿y si me hubieras hecho daño?

- ¡¿Qué importa?! –dijo, tratando de empujarlo, pero el contrario sujeto sus brazos— ¡no me importa! ¡Suéltame!

- ¡Cálmate!

- ¡déjame! ¡déjame! ¡déjame!

Pataleaba con todas sus fuerzas, pero sus piernas cedieron a los segundos, por lo que seguía luchando con sus brazos y torso, no quería tener esperanzas, no quería pensar positivamente, lo encontraba estúpido.

¡TAEHYUNG!

- ¡NO!

Con el dolor de su corazón, Jungkook tomo con fuerza ambos brazos del castaño sobre su cabeza, sentándose sobre su torso, inmovilizándolo bajo él, le dolía, le dolía tener que usar, aunque sea un poco de fuerza contra él, pero era la única solución, debía calmarlo, tenía que obligarlo a dejar de luchar.

- ¡déjame! –sus ojos soltaban lágrimas, no porque le doliera el fuerte agarre en sus brazos, si no, porque le dolía todo, le dolía su corazón, su cabeza, su alma, el no poder recordarse siendo feliz para poder aferrarse a un recuerdo— de-déjame...

- Cálmate... te lo suplico, cálmate Taehyung –rogo un Jungkook desesperado, escondiendo su rostro en el cuello del contrario, tratando con todas sus fuerzas de no caer ante él, de mantenerse firme para que Taehyung tuviera donde sostenerse.

Por él, por ti, por nosotros. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora