Capítulo siete

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Su cuerpo dolía en ciertas áreas, sus ojos pesaban demasiado, realmente dolía tratar de concentrarse, comenzó a mover los dedos de los pies, sintiendo cada vez más su cuerpo, estaba demasiado entumecido ¿había sido drogado? Trataba de hacer memoria, pero hasta su mente se sentía pesada.

Trato de abrir los ojos, pero todo lo que puso hacer es soltar un pequeño quejido y hacer un movimiento pequeño con su mano, sintiendo en seguida el toque sobre esta. Se asusto por un segundo por el toque repentino, pero de inmediato supo reconocerlo, nadie más tomaría su mano con tal gentileza y cariño, podía sentir su calor, y también podía escuchar a lo lejos la voz de Jungkook llamándole con casi desesperación.

Sus ojos por fin cedieron ante sus intentos de abrirlos, parpadeando repetidamente, y cegándose un poco por la luz de la habitación, lo primero que vio Taehyung al abrir los ojos, fueron los ojos cristalizados del pelinegro, quien dejaba que las lágrimas fluyeran con total libertad, mientras una sonrisa iluminaba su rostro.

- Tae... --saludo, acercando su frente a la contraria, dejando un pequeño beso en esta, para volver a la misma posición, estando tan cerca el uno del otro— no sabes lo preocupado que estaba, ¿Por qué siempre debes arriesgarte de esa manera? ¿Por qué...?

Taehyung dirigió por completo su atención hacia otro lado, en cuanto escucho el sonidito de un pequeño quejido, bajando la vista, puso apreciar como un pequeño pedacito de cielo lo abrazaba al torso con fuerza, mientras soltaba unos pequeños ronquidos, era su pequeño.

Las lágrimas salieron por si solas, ni siquiera se dio cuenta que sus mejillas estaban llenas de ellas, sintió como si su corazón volviera a latir, sintió como a sus pulmones les llegara el aire que le hizo falta por tanto tiempo, su pequeño bebé estaba ahí, con él, abrazándose y refugiándose en su calor ¿este no era un sueño verdad? Y si lo era, rogaba e imploraba a quien sea que lo debe ahí para siempre.

- Jiho –dijo con su voz quebrada— mi bebé... --con cuidado lo levanto hasta acercarlo a su rostro, tomándose el tiempo se olfatear su cabello, se sentir su temperatura, de sentirlo a él— oh mi pequeño –no se tardó ni dos segundos en abrazarlo con fuerza, su pequeñito estaba ahí con él, estaba a salvo, estaba bien—

Jungkook miraba la escena con una pequeña sonrisa, ya habiendo sentido lo mismo que el castaño, sintiendo que el alma le volvía al cuerpo después de ver como su pequeño bebé ya se encontraba con ellos y a salvo. Cabe recalcar, que Jiho tenía heridas en las muñecas y tobillos producto de sogas con las cuales el pequeño fue amarrado, sus parpados estaban algo irritados, productos de una venda que seguramente llevo mucho tiempo en sus ojos, lo peor fue haberle encontrado marcas de agujas, las cuales afirmaban su teoría de que su pequeño había sido drogado unas cuantas veces a base de inyectantes, las demás veces seguramente fueron con cloroformo o algún producto para aturdirlo.

No había sufrido abuso sexual, solo tenía unos dos golpes en sus piernitas, su pequeño no fue consciente de todo lo que paso, todo el tiempo estuvo dormido y drogado, y no, eso no es mejor, ahora debía inducirlo a un tratamiento para que no tuviera secuelas al crecer, y comenzar lo más pronto posible con un tratamiento psicológico, porque quizás él no fue consciente, pero su mente si, y en cualquier momento de su vida, podría recordar, y presentar etapas de crisis, ansiedad o incluso una depresión severa, él no dejaría que su pequeño pasara por eso.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver como Taehyung no tenía intenciones de soltarlo, asique con buenas intenciones, tomo la frazada para poder taparlos, pero al momento de acercar su mano a ellos, Taehyung abrió los ojos asustado y presiono a Jiho más cerca de su cuerpo.

- tranquilo, bonito tranquilo –arrullo, sintiendo su corazón apretarse al ver como los ojos de Taehyung no lo abandonaron en ningún momento mientras los acobijaba a ambos, estando siempre alerta, listo por si había algún movimiento, tenía miedo de él— Tae... sabes que no les hare daño, por favor respira –suplico— puedes... puedes relajarte un momento ¿sí?

Por él, por ti, por nosotros. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora