Capítulo uno.

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El sudor corría por su frente, seguía en blanco, jamás creyó que algo así podría pasarle a él, jamás a él, toda su vida se dedicó a la protección de personas importantes, pero al final de todo no pudo proteger a lo que más amaba en su vida.

El oficial frente a él hablaba, pero su mente solo trabajaba en todas las posibles cosas que ocurrirían, trabajaba recordando, los detalles, las marcas, los gritos, las voces, hasta los pasos de los infelices que se llevaron a su pequeño.

- señor Jeon, necesitamos que nos diga lo que recuerda por favor. -insistió el oficial, suspirando al ver como Jungkook seguía serio viendo a la nada- señor-

- disculpe, déjenos con él un segundo por favor -el oficial levanto la vista y vio a tres hombres frente a él- haremos que lo ayude, no se preocupe somos viejos amigos.

El oficial rendido asintió, dejando a los hombres hablar con el azabache, no colocando objeción, sabiendo que todos ellos eran de un rango demasiado alto.

El hombre más alto se acercó primeo, colocando una mano en el hombro de su viejo amigo.

- Jungkook, ¿estás aquí? -pregunto, viendo como la mirada del pelinegro se dirigía hacia él, no pudo evitar apretar los labios cuando vio la desesperación en la mirada del contrario-

- Nam...

- no es tu culpa.

- claro que sí.

- que no Jungkook, eran quince tipos contra ti -reclamo ahora Jimin, él cual estaba algo afectado de ver a Jungkook así, jamás en la vida lo vio tan asustado, era entendible, completamente, pero no sabía que hacer al ver la mirada tan aterrada que tenía- lo encontraras.

- claro que lo hare -dijo Jungkook poniéndose de pie, suspirando y llevando su cabello hacia atrás, no había dormido nada, la herida de su cabeza seguía doliéndole a pesar de los puntos y los calmantes- voy a cazar a esos hijos de puta.

Desesperado, lo estaba, aterrado, también, pero debía ser fuerte, años y años de experiencia lo hacían muy bueno en lo que hacía, años de trabajo y una larga carrera de dieron experiencia que cultivo durante su vida, mente fría, corazón frio, así siempre lograba completar sus misiones de campo, siendo calculador, sabiendo como se manejan las cosas.

Solo que jamás espero que le pudiera ocurrir algo a él.

Su hijo, su pequeño de tan solo cinco años fue secuestrado por unos infelices, no sabía los motivos, no lograba pensar en una razón, ¿tenía enemigos? Claro que se había hecho demasiados a lo largo de su vida, pero siempre fue cuidadoso, era imposible que supieran donde se encontraba, no lograba entenderlo.

- sabes que no estás solo - esta vez hablo Seokjin, el mayor de los cuatro- te ayudaremos, no estás solo en esto, necesito que entiendas eso Jungkook, encontraremos a Jiho sano y salvo.

- sabes como son las cosas en este mundo Seokjin. -dijo Jungkook con frustración, importándole poco las lágrimas que se le escapaban- esos malditos, pueden hacerle muchas cosas a mi bebé... puedes hacerle daño, pueden-

El abrazo por parte de Namjoon lo hizo callar.

- estará bien, esos infelices deben estar buscando algo, saben que no lo obtendrán si le hacen algún tipo de daño.

Jungkook aspiro profundo y asintió, para luego separarse y ver a todos sus amigos.

Tal y como hace años. Algunos faltaban, pero sabía que con una llamada estarían ahí sin dudar. Pasaron tantas cosas en pocos años que le sorprende lo cercano que siguen siendo todos ahí.

Por él, por ti, por nosotros. [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora