capitulo 3:acuerdo

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✨Una disculpa por no actualizar. Estoy mejorado la historia y los amo✨

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Viserys se observó detenidamente en el espejo, notando cómo su piel arrugada revelaba los estragos del tiempo. Con el paso de los años, su salud había empeorado y lo único que anhelaba era ver la felicidad en el rostro de Rhaenyra. Desde la muerte de Daemon, ella no había mostrado interés en ningún otro hombre ni parecía estar buscando un amante. Aunque podría ser mal visto que una princesa tuviera amantes, Viserys deseaba que Rhaenyra volviera a sonreír y encontrar el amor nuevamente.

"Padre, el consejo nos espera", dijo Rhaenyra, interrumpiendo los pensamientos de Viserys mientras entraba en la habitación.

Con el paso de los años, Rhaenyra se había dedicado a sus estudios para convertirse en una futura reina ejemplar. También había pasado tiempo viajando por los Siete Reinos, buscando empatizar con los señores de las grandes casas. Viserys había escuchado rumores de que, a pesar de ser una mujer adulta, Rhaenyra seguía siendo considerada una auténtica belleza. Aunque no había tenido hijos todavía, conservaba una figura envidiable. Siempre se vestía con elegantes ropas oscuras, adornada con joyas que resaltaban su belleza, y lucía trenzas que le daban un aire tanto elegante como guerrera.

Viserys le dedicó una sonrisa tierna a Rhaenyra y colocó sus manos en sus hombros. Ella volteó la cabeza, sabiendo que cuando su padre se mostraba cariñoso era porque quería hablar de algo importante. "Nietos", pensó Rhaenyra, un tema que detestaba. No quería volver a casarse con otro hombre y mucho menos tener hijos con alguien que no fuera su amado Daemon.

"Rhaenyra, necesito hablar contigo sobre un asunto", dijo Viserys, y Rhaenyra se sentó en el pequeño sillón junto a su padre.

"¿Es lo de siempre?" preguntó Rhaenyra con fastidio. No deseaba repetir la misma discusión una y otra vez con su padre, ya que parecía no llegar a ninguna conclusión.

"Cada año que pasa, me siento más viejo y me acerco a la muerte. Deseo tener un nieto tuyo", intentó Viserys, buscando tocar el corazón de su hija. Sin embargo, nada parecía conmover a Rhaenyra.

"No deseo engendrar hijos", susurró Rhaenyra, jugando con sus anillos. Era una costumbre de ella jugar con sus joyas cada vez que se ponía nerviosa. "Aegon es tu hijo varón y él puede tener muchos nietos", agregó, aunque sabía que Aegon solo tenía ojos para ella y la seguía a todas partes.

"Pero yo deseo un nieto tuyo, de la sangre de Aemma y no de Alicent", sorprendió a Rhaenyra las palabras de su padre. En ese momento, recordó las palabras que había pronunciado en el funeral de Daemon: nunca tomaría esposo y nunca tendría hijos.

Viserys recordó con melancolía las palabras de su difunta esposa, quien deseaba fervientemente que Rhaenyra tuviera hijos. Al borde de las lágrimas, observó a su hija, y los recuerdos de su madre suavizaron su corazón.

"Me casaré, padre, y tendré hijos para asegurar que nuestra sangre prevalezca en el Trono de Hierro", declaró Rhaenyra, aceptando la responsabilidad en honor al recuerdo de su madre. Aunque el nudo en su garganta le dolía, sabía que debía continuar hablando.

"¡Bien! Es hora de enviar una carta a Laenor Velaryon. Estoy seguro de que será un buen esposo para ti", exclamó Viserys con alegría. En los Siete Reinos, se decía que Laenor era un hombre amable y, además, era el heredero de Driftmark, una de las casas más prestigiosas. La elección de Laenor como esposo para Rhaenyra parecía prometedora y llena de posibilidades.

Viserys se levantó de su asiento mientras danzaba con una sonrisa en los labios, acompañado por una melodía que resonaba en la habitación. Se sentó en su escritorio, sintiendo la urgencia de enviar la carta de propuesta de matrimonio a Lord Corlys lo más pronto posible.

𝕿𝖊 𝖆𝖒𝖔 𝕽𝖍𝖆𝖊𝖓𝖞𝖗𝖆 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora