capitulo 4: Un favor

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Lamento no actualizar me esfuerzo en mejorar el fanfic. Por cierto habrán escenas +18 de ahora en adelante...pero no están muy buen escritas.

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Cinco años despues:

El matrimonio de Rhaenyra y Laenor Velaryon era una unión de desdicha y descontento. Desde el principio, la pareja luchó por encontrar un terreno común, especialmente en lo que respecta a la concepción de un heredero. La incapacidad de concebir un hijo, junto con las infidelidades de Laenor, azotó su matrimonio con un manto de desesperación y resentimiento.

El rey, un observador constante de la situación, expresaba su descontento con frecuencia. Criticaba a Laenor por sus preferencias personales y siempre estaba listo para defender a su hija, proclamando su superioridad sobre cualquier otra. Además, los rumores sobre la supuesta infertilidad de Rhaenyra solo añadían más leña al fuego.

la reina Alicent habitualmente invitaba a Rhaenyra a tomar el té. "Rhaenyra, te agradezco por acompañarme a tomar el té", dijo con una sonrisa forzada. Su mirada se desvió hacia el vestido escotado de Rhaenyra.

El vestido favorito era un vestido largo de terciopelo negro, adornado con intrincados bordados de dragones rojos que se retorcían y se enroscaban alrededor de su cuerpo, como si estuvieran protegiéndola. El escote del vestido era profundo, mostrando su pecho de manera provocativa, y las mangas largas estaban adornadas con delicados encajes de color rojo. La falda del vestido se abría en un amplio vuelo, dando la impresión de que estaba envuelta en llamas cuando se movía.

El vestido se ajustaba perfectamente a su figura, acentuando sus curvas y su altura. El terciopelo negro del vestido contrastaba con su piel pálida y sus cabellos plateados, y el rojo de los bordados resaltaba el color violeta de sus ojos.

En su cuello, llevaba un collar de oro con un gran dragón de rubí como colgante. Los ojos del dragón eran dos zafiros azules, y parecían brillar con una luz propia. En sus dedos, lucía anillos de oro y plata con gemas de diferentes colores, cada uno de ellos con un significado especial para ella.

Rhaenyra nunca dejó que sus problemas personales afectaran a su apariencia. Siempre se presentaba ante el mundo como la princesa que era, con dignidad y orgullo.

"Este té sabe un poco raro", observó Rhaenyra, frunciendo el ceño. Sus ojos lilas se estrecharon con desconfianza.

"Es un té que el maestre recomendó para la fertilidad... Laenor debería beberlo también. Es bueno para ambos", respondió Alicent. No fue su idea, sino una orden directa de Viserys. Como madrastra de Rhaenyra, Alicent tenía la tarea de asegurar la línea de sucesión al trono.

"¿Tú lo has probado?", preguntó Rhaenyra, apartando el té.

"No, por suerte los dioses me otorgaron fertilidad", respondió Alicent con orgullo, pero su descaro solo sirvió para enfurecer más a Rhaenyra.

"¿Qué insinúas? ¿Yo soy infértil o Laenor? Tal vez los dos somos infértiles", replicó Rhaenyra, su voz subiendo de tono.

"No, no, tu padre es el que quería este té especialmente para ti. Buscó a los mejores maestres de la fertilidad", dijo Alicent tratando de calmar la situación.

"Me retiro", anunció Rhaenyra, levantándose con elegancia.

"Las cosas no son del modo en el que te crees, tu padre está preocupado por tus problemas de...", comenzó Alicent, pero se detuvo, sin ganas de discutir con Rhaenyra.

"Infertilidad", terminó Rhaenyra la frase.

Alicent guardó silencio, buscando las palabras correctas para justificar su error. Pero Rhaenyra ya se había marchado, furiosa y decidida a buscar a Laenor. En su camino, se encontró con Aegon, quien se había vuelto notablemente guapo a sus ojos. Pero Rhaenyra era una mujer casada y debía respetar a su esposo, a pesar de las circunstancias. Aegon, por su parte, se mantuvo ligeramente cerca de la puerta, escuchando la discusión de la pareja.

𝕿𝖊 𝖆𝖒𝖔 𝕽𝖍𝖆𝖊𝖓𝖞𝖗𝖆 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora