Tzuyu sentía que tenía una vida perfecta en aquel momento, se había ubicado en la cima de un pedestal que ella había construido con sacrificios y esfuerzos.
Cuando su padre murió y su gran amor decidió abandonarla, toda su atención se ubicó en el ne...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Minju sonríe— le pidió la pequeña pelinegra quien estaba junto a ella tomándole la mano. La niña suspiró y recostó su cabeza en el hombro de su mejor amiga.
—No puedo— contestó— estoy triste.
—¿Por qué?.
—Mami Sana y mamá Tzuyu ya no se quieren— dijo bajito— además ya no puedo quedarme mucho con mamá Tzuyu, el otro día solo estuve tres días con ella y ahora no puedo llamarla y tengo que esperar otra semana más antes de verla.
—¿Tu mamá Sana está enojada con ella?
—Yo creo que sí —asintió— no quiero estar lejos de mami Tzuyu, después va a dejar de quererme y no voy a ser su hija.
—La señora Tzuyu no va a dejarte de querer— dijo rápidamente— es difícil dejar de quererte Minju, si yo no te viera en muchos muchos miles de años igual te seguiría queriendo— las pequeñas mejillas de la niña se tiñeron de rojo.
—Yo también te quiero Chaewon— la pelinegra sonrío y asintió— quisiera que mis mamás estén juntas como las tuyas.
—Mis mamás también se enojan, a veces mami Mina duerme conmigo y no le habla a mamá Chaeyoung pero luego ella le lleva flores y se disculpa y se le pasa y se besan.
—¿Tus mamás se besan en los labios también?— preguntó.
—Si— asintió— creo que las personas que se quieren mucho lo hacen y luego son novias para estar juntas para siempre.
Minju asintió aceptando aquella explicación.
—¿Crees que deba besarte? — preguntó Chaewon con el gesto pensativo— Yo quiero que estés en mi vida para siempre.
—Yo también quiero que estés en mi vida para siempre Chaewon.
La pelinegra soltó la mano de la niña para colocarse frente a ella.
—Tienes que cerrar los ojos —pidió Chaewon.
—¿Por qué?
—No lo sé— levantó los hombros — así lo hacen los adultos.
—Bien — dijo asintiendo con la cabeza y cerrando los ojos, Chaewon se acercó a ella y presionó sus labios sobre los de Minju por solo unos segundos para luego separarse.
—¿Sentiste algo?— preguntó Chaewon.
—No— respondió Minju frunciendo el ceño.
—No entiendo porque los adultos hacen esto— la pelinegra le tendió la mano a Minju para que está la tomará— mejor vamos a clases, ya está por acabar el receso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
