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Sana se miró al espejo una vez más dudando si lo que llevaba estaba bien o por lo contrario si debía cambiarse por quinta vez aquella mañana pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la pequeña risa de su hija quien se escondía detrás del mar...

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Sana se miró al espejo una vez más dudando si lo que llevaba estaba bien o por lo contrario si debía cambiarse por quinta vez aquella mañana pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la pequeña risa de su hija quien se escondía detrás del marco de la puerta.

—Minju— la llamo y la pequeña cubrió su boca con ambas manos riendo aún más y entrando a la habitación— ¿Podría saber de qué te ríes?

—Es que es gracioso— admitió la pequeña— estás nerviosa porque tienes una cita con mamá Tzuyu.

—Yo no tengo una cita con Tzuyu— dijo mirándose al espejo una vez más— solo vamos a ir a un evento de tu abuela al que ella me invitó y Tzuyu simplemente nos va a recoger en su auto.

—Nosotras también tenemos un auto mamá— dijo la pequeña girando los ojos— ¿Por qué te molesta tanto salir con mamá Tzuyu?— preguntó con algo de enojo haciendo que Sana se girase hacia ella y suspirara mientras se agachaba para llegar a su altura.

—Mi amor eres muy pequeña y no lo entenderías— dijo acariciando su mejilla— es algo de adultos.

—Ojalá yo nunca sea adulta— dijo cruzándose de brazos— si ser adultas es estar enojada con quien te ama pues quiero ser chiquita siempre.

—Minju— hablo Sana calmada— quiero que cambies tu actitud ahora, no quiero que estés enojada.

—Es tu culpa— casi gritó la niña— mamá Tzuyu quiere estar contigo y tú eres quien no quiere, yo quiero que estén juntas— admitió la pequeña casi entristeciendo de golpe— quiero que seamos una familia y vivíamos juntas, no quiero pasar unos días con ella y luego otros contigo— el corazón de Sana se contrajo contra su pecho sintiendo varios pinchazos, no sabía que responder ante aquello sabía que este tema saldría a flote alguno de estos días pero jamás planeó que respondería.

—Prometo que podrás ver a Tzuyu más días— dijo cerrando los ojos— si es lo que quieres.

—No— gritó la niña recuperando su enojo— yo quiero que estemos las tres juntas.

—Mi amor no puedo hacer eso— hablo apenada.

—Por tu culpa mamá Tzuyu va a conseguir otra familia— gritó Minju haciendo que Sana se sintiera aún peor— hay muchas señoras que quieren salir con mamá Tzuyu y una vez vi una quien la beso pero mamá Tzuyu solo quiere estar contigo— contó enojada— y tú no quieres estar con ella y ella se va a cansar y nos va a dejar y va a ser tu culpa.

Minju corrió antes de que Sana pudiera reaccionar, pequeñas lágrimas resbalaron por sus ojos y se sentó en el piso de su habitación sin saber muy bien qué hacer, su objetivo en la vida desde que tuvo a Minju era hacerla feliz a costa de todo y no dejar que nada le faltase pero ahora la situación era completamente diferente, lo que Minju le pedía era la cosa más difícil en aquel momento, le costaba admitir que aún amaba a Tzuyu y que extrañaba estar con ella, su corazón aún se aceleraba cuando la tenía junto a ella, sentía pequeñas mariposas cuando los hermosos ojos de Tzuyu la miraban directamente como si pudiera leer su alma y sentía la necesidad de saltar a sus labios cada vez que la tenía cerca.

𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐑𝐄  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora