Enamórate si quieres ascender.

Capítulo 39

El cambio de las dinastías.

Cuando escuchó esas palabras suyas, Shen Qingxian, quien originalmente fue sincero al ayudarlo a terminar su tarea, se arrepintió.

Pero en realidad, Gu Jianshen tampoco necesitaba preocuparse. Había muchas tareas que los dos aún tenían que terminar, y mientras se quedaran atascados en la última, Shen Qingxian no lo dejaría en paz.

"Hombre cultivando, hombre tejiendo" no sonaba difícil, pero en realidad, les causó a los dos una gran dificultad.

La primera pregunta era quién cultivaría y quién tejería.

Shen Qingxian habló primero. "Yo cultivaré, tú tejerás".

Gu Jianshen protestó: "Cultivar los campos es sucio y agotador, sería mejor para ti quedarte en la casa y tejer telas" .

Shen Qingxian: "¿De verdad me estás tratando como a una mujer?"

Gu Jianshen respondió: "¿Cómo podría? Simplemente no deseo que te agotes".

Shen Qingxian resopló con desdén ante eso. "¿Qué cosas agotadoras no he hecho antes?" El dao celestial se centró en superar el yo y, en términos sencillos, esas tres palabras significaban que constantemente se estaban dificultando las cosas. Shen Qingxian había hecho bastantes cosas difíciles por el bien del cultivo.

Gu Jianshen tampoco insistió. "Está bien, como quieras".

Shen Qingxian estaba satisfecho con eso, y sintió que este tipo al menos entendía cómo tener tacto.

Había herramientas de labranza y una carreta tirada por bueyes en la casa, así que no había necesidad de ir a buscar.

Gu Jianshen lo siguió a los campos. Shen Qingxian también se transformó en un conjunto de túnicas toscas, pero debido a que su apariencia era demasiado buena y su piel tierna y clara, incluso vestido con ese atuendo, todavía se veía muy bien.

Gu Jianshen miró sus manos delgadas y delicadas y dijo: "Es mejor que lo haga yo". Le preocupaba que las astillas de madera del carro le lastimaran las manos.

Shen Qingxian: "¡Cállate!"

Gu Jianshen solo podía esperar obedientemente a un lado.

En realidad, Shen Qingxian nunca antes había usado estas herramientas agrícolas básicas, pero aprendió rápidamente y, tan pronto como las estudió, entendió cómo funcionaban.

A pesar de que su cuerpo se veía débil y delicado, en realidad poseía mucha fuerza. Después de todo, este cuerpo ya había sido alimentado por energía espiritual durante varios meses, y Shen Qingxian también lo había ajustado con sus propios métodos, por lo que no estaba mucho peor que el caparazón físico de Gu Jianshen.

Se acostumbró bastante al movimiento de arar y poco después llegó al final del terreno.

Gu Jianshen sonrió. "El reino de los mortales tiene el dicho 'la belleza que vende tofu', pero tal como yo lo veo, tengo una 'belleza que cultiva la tierra' aquí".

Shen Qingxian estaba muy irritado con él. "¿Es Su Majestad incapaz de controlar su propia boca?"

Gu Jianshen respondió: "En el futuro, todo será tuyo para controlarlo".

¡Habla! ¡Adelante, sigue hablando! Shen Qingxian lo ignoró.

Después de que terminó de labrar los campos, Shen Qingxian comenzó a regañar a Gu Jianshen. "¡Date prisa y ve a tejer la tela!"

Gu Jianshen hizo lo que le dijeron. "Bien."

Shen Qingxian lo siguió a la casa, donde Gu Jianshen había hecho preparativos hacía mucho tiempo: los esquemas del corazón de este tipo eran muchos y había obtenido un hilo de oro de quién sabe dónde. Incluso el simple movimiento de envolverlo en el telar deslumbró los ojos de Shen Qingxian.