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La hora del almuerzo, la amada y proclamada "clase favorita" de todos (a pesar de no ser una clase).

Sherlock recibió otro empujón, chocando contra la pared.

–¿Qué pasa, fenómeno? ¿No puedes defenderte?

–Claro que puedo, solo no quiero causarte más dolor del que te causó tu padre. ¿Cómo se le llamaba...? Ah, sí, empatía.– Respondió después de verlo de pies a cabeza y descubrir el porque de su comportamiento.

–¡Eres un maldito psicópata!

–Siempre tan original, Anders...

Recibió un puñetazo del contrario que hizo que su comentario sarcástico sea interrumpido. Por supuesto que no se podía defender, porque Phillip no era el único en ese lugar, estaba rodeado.

El dolor de cabeza se hizo presente minutos después de que el aburrimiento le haya ganado a la rabia injustamente dirigida hacia Sherlock de sus queridos compañeros.

El azabache suspiró. No le iba afectar lo que unos idiotas hicieran. No le iba a afectar lo que una escuela entera pensara acerca de él. No tenía que afectarle. ¿Por qué le afectaría?

Y sin embargo estaba nuevamente en el baño.

"No me afecta."

Se repitió cual nota mental, con un nudo en la garganta.

Era verdad que por lo general no le importaba lo que sus compañeros opinaban acerca de él, estaba acostumbrado a no ser del agrado de muchos, pero ni siquiera derivaba a los golpes recibidos, se debía a todo. La ausencia de sus padres, la crueldad de su hermano, la escuela, las constantes palizas, su adicción, él mismo. Todo se juntaba y era simplemente demasiado para alguien de apenas dieciséis años. Era normal que se derrumbara de vez en cuando, aunque a sus ojos era algo parecido a lo que es un pecado para el religioso, algo inaceptable y de lo que se arrepentía.

De repente no podía parar de derramar lágrimas, sin importar cuanto tratase de limpiarlas, nuevas llegaban a afectar su visión y empapar sus mejillas.

Llorar era tan ridículo para él, quien estaba en una constante lucha de divorciarse de sus sentimientos, sin embargo siempre era traicionado por este tipo de reacciones de su cuerpo. Aunque físicamente no podía llorar delante de otras personas, no podía ser vulnerable delante de nadie, era un símbolo de debilidad a sus ojos.

Cuando finalmente logró calmarse, repitiéndose a si mismo la amable opinión acerca de los lloriqueos que le había dado su hermano, salió del baño, listo para lavarse la cara y volver a su día común e indeferente de escuela.

Sin embargo, cuando salió no estaba vacío como comúnmente está, la azul –casi grisácea– mirada de un rubio que apenas entraba a los baños se clavó en él.

Era John Watson, iba en otra clase, pero lo conocía porque ambas clases solían mezclarse con regularidad.

La mirada de sorpresa de John estaba más que justificada, el psicópata carente de corazón (como muchos lo habían apodado) Holmes estaba llorando.

–¿Estás bie...?

Fue empujado por Sherlock al salir de prisa, ya que estaba en la entrada.

El rubio se quedó de pie, parpadeando un par de veces sin poder creer que de verdad había visto a aquel denominado popularmente como máquina, de aspecto oscuro y hasta incluso intimidante de una forma tan vulnerable.

Sherlock, por su parte, decidió lavar su rostro en los abandonados bebederos, asegurándose de que esta vez nadie lo vea.

Después de eso, respiro profundamente y pateó un bote de basura que estaba cerca, casi tirandolo.

–¡Mierda!

Seguro acabaría contando lo que vió a todos, las burlas ya no serían de su falta de sentimientos, tomarían un rumbo totalmente contrario. Estaría dispuesto hasta de cambiarse de escuela a pleno parcial por no tener que pasar por humillaciones a causa de estúpidos sentimientos.

Sin embargo, había acabado el receso. El universo decidió burlarse de él, pues justo tocaba su clase favorita: Química. No estaba de humor ni para eso, sin embargo, acomodó su saco como solía hacer cuando perdía la compostura y se dirigió al aula que tocaba con aparente tranquilidad.

Nota de autor.
No sé si mis queridos Sherlockians siguen leyendo wattpad, pero de todas formas, espero que ésto tenga uno que otro lector, aunque escribo todo a las 5 de la mañana, jaja.

Si ven algún error de continuidad, ortográfico o quisieran dar consejos para mejorar este humilde fanfic, díganme.

-Samu.

Reputación - TeenlockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora